Jaime Bayly, reconocido escritor peruano, volvió a generar revuelo en el debate público con una confesión íntima que, lejos de pasar desapercibida, sorprendió a sus seguidores y lectores. En su más reciente columna publicada en El Comercio, el autor relató la profunda angustia que experimentó ante la posibilidad de convertirse en padre nuevamente a los 61 años.

La duda que lo inquietó

La preocupación de Bayly surgió tras un episodio cotidiano en su vida matrimonial. El escritor explicó que mantuvo relaciones sexuales con su esposa, Silvia Núñez del Araco, sin protección y durante el período menstrual de ella. Aunque médicamente esta circunstancia reduce las probabilidades de embarazo, no logró disipar sus temores.

Una preocupación que creció con el tiempo

Para Bayly, la idea de un nuevo hijo se volvió casi una certeza, alimentada por la demora en su período menstrual. La incertidumbre se instaló en su mente, y con ella, una preocupación constante que aumentó día a día.

La postura de su esposa

Mientras él se preparaba mentalmente para la posibilidad de ser padre en una etapa avanzada de su vida, Silvia Núñez fue categórica en su postura. Según relató el escritor, ella le expresó claramente que no deseaba volver a ser madre. En sus palabras, «no quería volver a pasar por nueve meses de embarazo» y consideraba que tener un bebé en ese momento recortaría sus libertades y le parecería una idea desagradable.

“Mi esposa me dijo que no quería volver a ser madre, que estar nueve meses embarazada le parecía una pésima idea, que volver a parir le daba mucha flojera, que tener un bebé en la casa recortando nuestras libertades era lo último que hubiera deseado”, escribió Bayly, sin filtros ni eufemismos, en un pasaje que rápidamente se viralizó por su franqueza.

Una mirada moderna sobre la maternidad

Las palabras de Núñez reflejan una postura personal, pero también una visión contemporánea sobre la maternidad. Bayly expuso estas declaraciones sin juzgarlas, sino como parte de un diálogo íntimo que revela la complejidad de una pareja madura enfrentando una situación inesperada.

Una decisión difícil y conmovedora

No obstante, la historia no terminó en la negativa inicial. El propio Bayly confesó que, aunque no deseaba un nuevo embarazo, Silvia fue categórica en un aspecto que le resultó profundamente emotivo.

“No obstante, aclaró, si estaba embarazada, de ninguna manera podría abortar, por amor al bebé y por amor a mí”, agregó en su columna.

Los pensamientos y escenarios futuros

Durante los días de incertidumbre, Bayly relató que su mente se adelantó a los hechos. Mientras esperaba que el retraso menstrual se resolviera, comenzó a imaginar escenarios, rutinas y hasta el futuro de ese posible hijo. En ese ejercicio de anticipación, incluso llegó a elegir un nombre para la supuesta niña: Carlyle Bayly.

La decisión y la esperanza

El escritor compartió que, en ese momento, comunicó su idea a su esposa, quien pareció ilusionarse brevemente con la posibilidad. “¿Y cómo va a llamarse nuestra hija?”, preguntó Silvia. A lo que Bayly respondió con entusiasmo: Carlyle Bayly. Sin embargo, la historia tomó un rumbo diferente.

Este relato refleja la sensibilidad y complejidad de una pareja que enfrenta decisiones importantes en un momento de incertidumbre, y pone en evidencia las distintas perspectivas sobre la maternidad, el amor y la familia en la actualidad.