Jennifer Aniston rememora su relación con Brad Pitt y comparte pensamientos sobre la pérdida de Matthew Perry: “Creo que es lo mejor para mí”

Jennifer Aniston transforma su hogar en un santuario de paz en Los Ángeles tras años de exposición mediática

A sus 56 años, Jennifer Aniston ha convertido su residencia en las colinas de Los Ángeles en un refugio de tranquilidad y reflexión. La famosa actriz, conocida mundialmente por su papel en la serie *Friends*, ha decidido alejarse del bullicio y el escrutinio público que la acompañó durante décadas, para crear un espacio donde pueda reconectar consigo misma y encontrar serenidad.

La mansión, valorada en aproximadamente 21 millones de dólares, fue diseñada por los renombrados arquitectos A. Quincy Jones y Frederick Emmons. Hoy en día, funciona como un oasis en medio del caos global. En su interior, predominan los tonos neutros, con sofás color crema, arreglos florales de peonías blancas y velas aromáticas que contribuyen a una atmósfera de calma. Destacan, además, elementos decorativos con simbolismo espiritual: una amatista en bruto que favorece el crecimiento interior, cristales blancos para promover la claridad mental, y un incensario adornado con cuervos que representan la transformación y la renovación.

Jennifer explica que en ese espacio encuentra la paz que le ha sido esquiva en el exterior. “Ahí afuera genera nervios. Aquí dentro, no debería haberlos”, comenta mientras señala hacia el exterior y alrededor de su hogar. La actriz, que en muchas ocasiones ha sido vista con su icuto atuendo de camisa negra ajustada, jeans y sandalias, lleva en su muñeca pulseras de jade, símbolo de buena fortuna.

A lo largo de su carrera, Aniston ha manifestado que la fama nunca fue su objetivo principal. En los años 90, admiraba a actrices como Shirley MacLaine o Mary Tyler Moore, quienes triunfaban por su talento y no por la exposición mediática. “Eso no es real”, afirma, aclarando que sus intereses van más allá de las portadas de revistas.

Su experiencia con la notoriedad adquirida tras su divorcio de Brad Pitt en 2005 fue dura. Los tabloides intensificaron los rumores y las especulaciones, convirtiéndola en el centro de un “triángulo amoroso” mediático que la afectó profundamente. Sin embargo, Jennifer aprendió a gestionar esa presión, desarrollando un radar para evitar temas sensibles y centrarse en su bienestar. La amistad con figuras como Sandra Bullock y Gwyneth Paltrow ha sido fundamental en su proceso de apoyo mutuo, y su círculo cercano la acompaña en actividades que fortalecen sus lazos, como reuniones dominicales y viajes de descanso.

Uno de los momentos más emotivos de su vida reciente fue la pérdida de Matthew Perry en 2023. La actriz expresó que, aunque la noticia fue impactante, sentía que algún modo, la muerte del actor era también un alivio, pues enfrentaba una lucha constante contra su adicción. “Hicimos todo lo posible en su momento, pero su batalla fue muy dura para todos nosotros”, señaló con tristeza.

Desde su separación amistosa de Justin Theroux en 2018, Aniston ha evitado relaciones públicas románticas, aunque los rumores sobre su vida amorosa siguen siendo frecuentes. Sin embargo, ella misma ha aclarado que mantiene una relación cordial con figuras como Michelle Obama y que en su vida no hay espacio para historias inventadas.

En cuanto a su futuro profesional, la actriz planea continuar con proyectos selectivos. Entre sus próximos trabajos destacan una serie inspirada en el libro *I’m Glad My Mom Died* de Jennette McCurdy y una producción basada en *9 to 5*, escrita por Diablo Cody. Además, sueña con volver a stage en Broadway, un deseo que siempre ha tenido desde su infancia en Nueva York.

Su evolución personal también se refleja en su enfoque hacia la salud mental y el autocuidado. Aniston ha aprendido a gestionar la ansiedad y el estrés, creando un ambiente en su hogar que favorece la sanación y el equilibrio emocional. La actriz resalta que, aunque en el pasado estuvo sometida a ciclos de pánico y sobreexposición, ahora prefiere mantener una perspectiva positiva, distanciándose del miedo y la negatividad que la rodearon en los momentos más difíciles de su vida pública.

En definitiva, Jennifer Aniston ha sabido convertir su espacio vital en un símbolo de sanación y autoconocimiento, demostrando que la paz interior puede encontrarse incluso después de años de exposición mediática y dificultades personales.