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John Goodman pierde 100 kilos a los 73 y renace su imagen

Escrito por radioondapopular
julio 27, 2025
John Goodman pierde 100 kilos a los 73 y renace su imagen

El actor John Goodman, reconocido por su papel como Pedro Picapiedra y su participación en la película El Gran Lebowski, sorprendió a sus seguidores en la premiere de Los Pitufos en Los Ángeles. El actor, que interpretó la voz de Papá Pitufo en la película, mostró una notable transformación física tras perder casi 100 kilos. Vestido con un elegante traje azul y con una sonrisa contagiosa, Goodman dejó en evidencia un cambio radical en su apariencia y estilo de vida.

La lucha contra la obesidad que Goodman enfrentó durante años fue marcada por altibajos. Durante mucho tiempo, su relación con la comida y el alcohol fue problemática, lo que contribuyó a su aumento de peso. Sin embargo, tras 18 años de esfuerzo constante, logró una significativa reducción de peso y mejoró su condición física. En una entrevista con el New York Post, el actor reveló que actualmente entrena seis días a la semana con su entrenador personal, Mackie Shilstone, centrando sus sesiones en bicicleta elíptica y cinta de correr. Además, resaltó que su transformación se basó en tres pilares fundamentales: el boxeo, la dieta mediterránea y paseos diarios con sus perros.

Shilstone, un reconocido experto en fitness y bienestar que ha trabajado con atletas de élite como Serena Williams, explicó que Goodman empezó a trabajar con él en 2007. En ese momento, el actor pesaba aproximadamente 180 kilos a sus casi 50 años y enfrentaba serios riesgos para su salud, incluyendo la posibilidad de necesitar una cirugía de rodilla. La intervención profesional fue crucial, ya que Goodman también atravesaba problemas relacionados con su salud mental, además de su peso.

A lo largo de su proceso, Goodman eliminó azúcares y alcohol de su dieta, adoptó la dieta mediterránea, rica en vegetales, legumbres, pescado y aceite de oliva, y aumentó su actividad física con paseos y entrenamiento especializado. La clave de su éxito fue la constancia y la motivación, entendiendo que su salud y vida estaban en juego.

El boxeo, además de ser una terapia que le ayudó a fortalecer su cuerpo y mente, fue fundamental para reducir grasa visceral, aumentar su masa muscular y mejorar la sensibilidad a la insulina. La rutina incluyó ejercicios cardiovasculares, resistencia con bandas elásticas y entrenamiento con saco pesado, adaptada a sus necesidades y capacidades. Goodman también utilizaba un sistema portátil de entrenamiento durante sus giras, lo que le permitía mantener su rutina en cualquier lugar.

La historia de Goodman refleja la importancia de un abordaje integral para tratar la obesidad, que incluye cambios en la alimentación, la actividad física, y el trabajo psicológico. La Organización Mundial de la Salud advierte que la obesidad en adultos se duplicó desde 1990 y en adolescentes se cuadruplicó en las últimas décadas, convirtiéndose en un problema global que requiere atención urgente.

Expertos en salud señalan que las consecuencias de la obesidad a largo plazo son graves e incluyen diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, hígado graso no alcohólico, apnea del sueño, ciertos tipos de cáncer, artrosis y trastornos emocionales como depresión y ansiedad. Por ello, la clave para una transformación duradera radica en objetivos realistas, sostenibles y en un acompañamiento interdisciplinario que contemple la contención emocional y el trabajo a largo plazo.

El ejemplo de Goodman demuestra que los cambios en el estilo de vida, con apoyo profesional y constancia, son la vía más efectiva para mejorar la salud y la calidad de vida. La experiencia del actor inspira a quienes enfrentan desafíos similares y refuerza la idea de que la transformación física y emocional requiere paciencia, compromiso y una visión integral del bienestar.

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