Jordi Roca e Ibai crean la mousse más sencilla y deliciosa del verano

Jordi Roca, uno de los chefs más reconocidos de España y miembro del famoso restaurante El Celler de Can Roca, ha sorprendido nuevamente con una receta sencilla y sorprendente. Junto a su hermano Joan y Josep, Jordi ha llevado su talento a la alta gastronomía, logrando que su establecimiento, con tres estrellas Michelin, sea considerado en varias ocasiones como el mejor del mundo. Sin embargo, en esta ocasión, el pastelero ha querido compartir en sus redes sociales una preparación que cualquiera puede realizar en casa, incluso sin experiencia previa en repostería.

El protagonista es una mousse de chocolate que, a simple vista, parece ser un postre elaborado y sofisticado, pero que en realidad requiere solo dos ingredientes básicos. Jordi asegura que esta receta es la más sencilla que ha compartido, y que solo necesita 90 ml de agua y 100 gramos de chocolate, además de algo de fuerza para batir. La clave está en la ciencia que permite transformar estos ingredientes en un postre cremoso y aireado, sin necesidad de huevos, nata ni horno.

El proceso, explicado paso a paso, consiste en fundir el chocolate en agua caliente y luego enfriar rápidamente la mezcla sobre hielo. Al batirla con varillas, se produce una emulsión que atrapa aire, formando una espuma estable y muy ligera. Este fenómeno físico se basa en la grasa natural del chocolate, en particular la manteca de cacao, que al enfriarse y agitarse, se solidifica parcialmente y captura burbujas de aire, logrando una textura similar a la mayonesa.

Este método, respaldado por la ciencia y la física, fue demostrado por Hervé This, pionero de la gastronomía molecular. La técnica permite obtener un postre delicioso y elegante con ingredientes mínimos, ideal para días calurosos o meriendas rápidas. Además, la presentación puede variar: Jordi Roca sugiere formar pequeñas bolas rebozadas en galleta triturada y acompañadas de helado de chocolate, o servirla en copas con fruta fresca, nata montada o sola.

El proceso es simple: tras picar finamente el chocolate, se funde en agua caliente, y luego se enfría con hielo mientras se bate continuamente. La paciencia y precisión en el batido son esenciales para conseguir esa textura brillante y aireada que caracteriza a una mousse perfecta. En definitiva, esta receta demuestra cómo la ciencia puede convertir ingredientes básicos en un postre espectacular, accesible para todos y con un resultado espectacular.