Korina Rivadeneira y Mario Hart se trasladan a Piura tras escándalo

Tras la polémica que sacudió al mundo del espectáculo en Perú y generó una profunda indignación pública, Korina Rivadeneira y Mario Hart decidieron abandonar Lima para refugiarse en Piura, en el norte del país. La pareja, acompañada de sus dos hijos pequeños y su nana, fue vista en el aeropuerto Jorge Chávez en una salida discreta, apenas unas horas después de que el bailarín húngaro conocido como Tyler, condenado por tocamientos indebidos, dejara el territorio peruano.

El incidente que motivó la salida de la familia se relaciona con la sentencia emitida contra Tyler, quien fue condenado a dos años y medio de prisión suspendida por realizar tocamientos sin consentimiento a la modelo venezolana durante una función del espectáculo “Dioses del circo”. La resolución judicial también implicó una multa económica y la clausura del show, que fue suspendido por las autoridades municipales tras conocerse el delito. Además, la sentencia incluyó una reparación civil de 10,000 soles a favor de Korina Rivadeneira, aunque se desconoce si Tyler cumplió con este pago antes de abandonar el país, lo que alimenta las percepciones de impunidad.

Las imágenes difundidas por el portal de espectáculos Instarándula muestran a la pareja en el aeropuerto, con Korina luciendo un conjunto deportivo claro y rostro sereno, aunque con evidentes signos de cansancio. Mario, en cambio, optó por un perfil más reservado, cubriéndose con una capucha y gafas oscuras para evitar ser reconocido en un momento tan delicado para su familia.

Hasta la fecha, Korina no ha emitido declaraciones públicas sobre la salida, manteniendo un silencio que muchos interpretan como una estrategia para proteger a sus hijos y evitar mayor exposición mediática. La pareja parece buscar en Piura un espacio de calma y privacidad, alejados del escrutinio que ha generado este escándalo.

Este viaje también puede entenderse como una medida de protección emocional. En un contexto donde las redes sociales y los medios de comunicación no dejan de seguir cada movimiento, la decisión de alejarse del centro de atención busca brindar un respiro y permitirles procesar lo ocurrido con mayor tranquilidad. Fuentes cercanas indican que la salida ya estaba planificada, aunque la situación actual ha convertido esta decisión en una especie de escape temporal.

El caso ha generado un amplio debate sobre los límites del entretenimiento en vivo y el respeto al consentimiento en el ámbito artístico. La acusación contra Tyler ha puesto en el centro de la discusión la responsabilidad de los organizadores y los artistas en la protección de los derechos de las personas en sus espectáculos. La situación también ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer mecanismos de justicia y reparación para las víctimas, que en este caso, aún esperan una mayor claridad sobre el cumplimiento de la reparación civil.

Mientras tanto, la pareja continúa en silencio, centrada en la protección de su familia y en buscar un espacio donde puedan recomponer sus vidas tras la tormenta mediática. La historia sigue en desarrollo, y el país observa con atención cómo evoluciona esta compleja situación que involucra justicia, protección y límites en el mundo del espectáculo.