¡Luto en Hollywood: Fallece a los 79 años la leyenda Diane Keaton, ícono del cine y la moda!

Adiós a una icónica figura del cine y la moda

La noticia del fallecimiento de Diane Keaton a los 79 años ha conmovido al mundo del entretenimiento. Según informó su familia, la reconocida actriz perdió la vida en California y han solicitado respeto y privacidad en estos momentos de duelo.

Keaton deja un legado que trasciende generaciones, consolidándose como una de las figuras más influyentes del cine. Su carrera abarcó más de cinco décadas, durante las cuales conquistó a públicos y críticos con su talento, presencia única y una serie de premios que avalan su grandeza en Hollywood.

Sus orígenes y primeros pasos en las artes escénicas

Nacida como Diane Hall el 5 de enero de 1946 en Los Ángeles, eligió su nombre artístico en honor al apellido de soltera de su madre, Keaton, para evitar conflictos con otra actriz registrada en el sindicato de actores. La mayor de cuatro hermanos, hija de un ingeniero civil y una madre con inclinaciones artísticas, desde pequeña mostró interés por las artes escénicas.

Su sensibilidad creativa se manifestó en su participación en obras escolares, lo cual la llevó a mudarse a Nueva York para estudiar drama. En 1968, dio sus primeros pasos en el teatro, participando como suplente en la producción original de Hair en Broadway. Su negativa a participar en escenas de desnudo grupal llamó la atención por su firmeza artística.

De la escena teatral al cine de Hollywood

En 1969, Keaton fue elegida para protagonizar Play It Again, Sam de Woody Allen, lo que marcó su ingreso en el mundo del cine. En 1970, debutó en la pantalla grande con Lovers and Other Strangers, pero fue en 1972 cuando su carrera dio un giro decisivo al interpretar a Kay Adams en El Padrino de Francis Ford Coppola. Este papel, que también repitió en las secuelas, la catapultó a la fama y la consolidó como una de las actrices más destacadas de su generación.

Su consagración y versatilidad en Hollywood

Durante la década de 1970, Keaton colaboró frecuentemente con Woody Allen, participando en películas como Sleeper (1973), Love and Death (1975) y la versión cinematográfica de Play It Again, Sam. Sin embargo, fue en 1977 cuando alcanzó la cúspide con Annie Hall, dirigida por Allen, que le valió el Óscar a la Mejor Actriz. Este éxito le permitió explorar diferentes registros, tanto dramáticos como cómicos, sin quedar encasillada en un solo género.

Su talento fue reconocido con múltiples nominaciones al Óscar, incluyendo filmes como Reds (1981), Marvin’s Room (1996) y Something’s Gotta Give (2003). Además, recibió premios como Globos de Oro y un BAFTA, y en 2017 fue honrada con el Premio a la Trayectoria del American Film Institute.

Más allá de la actuación: dirección y producción

Keaton también incursionó en la dirección, destacándose en proyectos como Unstrung Heroes (1995) y Hanging Up (2000), esta última protagonizada por ella junto a Meg Ryan y Lisa Kudrow. Además, participó en la producción de varios filmes, ampliando su influencia en la industria cinematográfica.

Su último trabajo fue en Summer Camp (2024), considerado su última interpretación antes de su fallecimiento. La actriz dejó una huella imborrable en Hollywood, no solo por sus interpretaciones, sino también por su estilo y su carácter innovador en la moda y la cultura popular.

La partida de Diane Keaton marca el cierre de una era en el cine, pero su legado seguirá vivo en las innumerables generaciones que admiraron su talento y autenticidad. Su influencia trasciende la pantalla, convirtiéndola en un ícono que seguirá inspirando a artistas y amantes del cine en todo el mundo.