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Maduro prepara estado de conmoción en Venezuela para justificar despliegue naval de EE.UU. y evitar rebeliones internas

Escrito por radioondapopular
septiembre 24, 2025
Maduro prepara estado de conmoción en Venezuela para justificar despliegue naval de EE.UU. y evitar rebeliones internas





Analizan posible decreto de estado de conmoción en Venezuela

Maduro prepara un decreto de estado de conmoción ante despliegue naval de EE. UU. en el Caribe

El presidente Nicolás Maduro ha anunciado que está en proceso de emitir un decreto de estado de conmoción en Venezuela. La medida, según expertos y fuentes militares, busca justificar un aumento en el control interno y movilización de las fuerzas armadas en respuesta a la presencia naval de Estados Unidos en la región del Caribe.

Un alto oficial retirado del Ejército, que prefirió mantener su anonimato, explicó a Infobae que la intención de Maduro con esta declaración sería movilizar a todas las fuerzas públicas y militares, además de la milicia, con el fin de mantener el control en un escenario de posible tensión. La prioridad sería asegurar la lealtad interna y gestionar los recursos necesarios para sostener a las fuerzas desplegadas las 24 horas en los cuarteles.

¿Una estrategia para prevenir rebeliones internas?

Según el exmilitar, Maduro ha bloqueado todos los negocios, tanto legales como ilegales, generando una presión interna que, sumada a su impopularidad y aislamiento internacional, lo hace vulnerable a posibles traiciones. De allí que pueda utilizar el estado de conmoción para realizar persecuciones rápidas y detener a opositores o disidentes.

Este oficial considera que la declaración del estado de conmoción, que fue decretada tras las elecciones del 28 de julio de 2024, sería una medida preventiva para evitar levantamientos internos, incluso en el círculo cercano al mandatario. La jugada busca consolidar el control antes de que se desaten movimientos de rebelión o insurrección en el país.

La percepción del temor interno y la respuesta militar

Maduro habría utilizado la excusa del despliegue naval estadounidense para justificar la movilización militar, pero en realidad, la fuente indica que lo que más le preocupa es lo que pueda ocurrir dentro del país. La reciente declaración de María Corina Machado, en la que mencionó la fecha de canonización de José Gregorio Hernández, el 18 de octubre, fue interpretada como una señal de posible planificación para movilizarse en ese momento.

El exoficial señala que Maduro teme más a una amenaza interna que a una agresión externa, y que no espera una invasión, pero sí la posibilidad de ataques específicos o disturbios sociales que puedan derivar en una crisis de poder. La movilización de la Fuerza Armada y la milicia, además del armamento civil, parecen ser pasos en esa dirección, aunque la estrategia no ha sido implementada en el orden correcto, según su análisis.

Despliegue militar y la estrategia de control

El oficial explica que, en teoría, primero debió declararse el estado de conmoción antes del despliegue de las fuerzas militares y la movilización del pueblo armado. Sin embargo, en la práctica, Maduro primero movilizó a las fuerzas y armó a la población civil, y ahora busca justificar esa acción con la declaración del estado de emergencia.

Desde esta perspectiva, la declaración de estado de conmoción sería un intento de obligar a la población a respaldar un régimen en crisis, incluso a costa de sacrificios personales, tras las fracasadas convocatorias y esfuerzos por legitimar su mandato. La medida también puede interpretarse como un intento de consolidar la autoridad ante los posibles movimientos de oposición interna o amenazas externas.

Marco legal y posibles implicaciones

El capítulo II de la Constitución de Venezuela, en su artículo 337, regula los Estados de Excepción, permitiendo al presidente decretar situaciones especiales ante amenazas a la seguridad nacional. La decisión de Maduro de activar esta figura refuerza la percepción de un escenario de tensión interna y la intención de ampliar los poderes del Ejecutivo.

Este contexto revela una estrategia de control que combina movilización militar, control social y la posible persecución de opositores, en medio de un clima de incertidumbre política y económica. La comunidad internacional sigue de cerca los pasos del régimen, ante la posibilidad de que estas acciones puedan derivar en una escalada de conflicto interno.


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