Celebración de la primera comunión de Luna María

La exreina de belleza y exconductora de televisión Maju Mantilla celebró la primera comunión de su hija menor, Luna María, fruto de su relación con el empresario Gustavo Salcedo. La modelo compartió en sus redes sociales un mensaje lleno de cariño, acompañado de un video que recopila momentos especiales del evento y de la infancia de su pequeña.

En su publicación, Maju expresó: “Nueve años después. Con Jesús en su corazón, después de su bautizo, un nuevo encuentro con Cristo a través de la Eucaristía. Que Jesús bendiga a mi niña hoy y siempre, sé que desde el cielo mi mami la acompaña con su amor”. Esta emotiva reflexión llega pocos días después del fallecimiento de su madre, Elvia García, a los 75 años, tras una larga lucha contra el cáncer.

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Mensaje de Maju Mantilla a su hija menor tras su primera comunión

Tras su salida del programa Arriba mi gente, Maju Mantilla ha mantenido una presencia activa en redes sociales, donde comparte aspectos de su rutina y momentos importantes de su vida personal.

Recientemente, la exconductora conmovió a sus seguidores al publicar un video que combina imágenes del bautizo de Luna María en 2016 y de su primera comunión en 2025. La publicación fue muy comentada, recibiendo felicitaciones y muestras de cariño por parte de sus seguidores, quienes celebraron este paso espiritual de su hija.

Es importante destacar que Maju, quien tiene dos hijos con Gustavo Salcedo, continúa centrada en su vida personal tras la separación y los momentos difíciles que ha atravesado en su familia.

Palabras de Maju Mantilla tras la pérdida de su madre

El 27 de octubre, Elvia García, madre de Maju Mantilla, falleció a los 75 años tras una prolongada lucha contra el cáncer.

La conductora compartió un mensaje muy emotivo en el que expresó el dolor que aún siente: “Tu ausencia pesa en el alma… nuestro corazón tiene escrito tu nombre y en nosotros quedan tus abrazos y tu memoria”.

Recordó que su madre fue diagnosticada en 2020 y, pese a los tratamientos, mantuvo una fe firme en Dios. “Su amor por Dios traspasó cualquier dolor”, escribió Maju, resaltando que uno de los mayores placeres de su madre era pasar tiempo con sus nietos, a quienes obsequiaba rosarios y medallas como símbolos de su devoción.