Marcelo Timorán, el joven futbolista que enfrenta un amistoso en Perú representando a Bolivia

El amistoso de cierre de año que se disputará en Chincha ha generado gran expectativa en el seleccionado de Bolivia. Este encuentro refleja, además, la dinámica de la diáspora peruana que ha llevado a la selección boliviana a incorporar jóvenes talentos con raíces peruanas.

La diáspora peruana y la búsqueda de talentos en la selección boliviana

La presencia de jugadores con ascendencia peruana en la selección boliviana ha sido posible gracias a una estrategia de reclutamiento de jóvenes promesas. Sin embargo, no todos los casos terminan en éxito. Un ejemplo es Marcelo Timorán, quien optó por representar a Bolivia a pesar de su nacionalidad incaica por ascendencia.

Curiosamente, el defensor, de 19 años, disputará un amistoso en territorio peruano, cerca de Cerro Azul, un lugar que visitaba de niño en sus vacaciones. Esta circunstancia despierta sentimientos encontrados, pues aunque se considera boliviano y peruano por parte de sus raíces, su compromiso actual es con la selección boliviana. Para Timorán, sigue siendo un “uno de los nuestros”, un joven afroperuano que entrega su talento a los altiplánicos.

Una temporada de ensueño

“Con 19 años, vivo una temporada de ensueño”, afirmó Timorán en una entrevista reciente. “He sido promovido a la categoría de Córdoba desde su cantera y he sido convocado con Bolivia”.

El joven jugador describió su año como uno de los más importantes en su carrera. “Empezamos la temporada en España en septiembre, y en menos de dos meses, mi club decidió apostar por mí. Comencé a tener minutos en el primer equipo, lo que facilitó mi participación en la selección nacional. Estoy muy feliz de representar a mi país y de contribuir en partidos que generan ilusión en toda Bolivia”.

El camino hacia la selección boliviana

“A la semana de ser convocado, mientras entrenaba con Córdoba, la selección de Bolivia contactó a mi club para gestionar mi incorporación. La sorpresa fue grande, no me lo esperaba. Siempre soñé con jugar en mi selección, aunque parecía algo muy lejano. Cuando recibí la llamada, lo compartí con mi familia, que se emocionó mucho. Justo ese mismo día debuté profesionalmente con Córdoba”, relató Timorán.

Decisión firme y sentimientos encontrados

“Desde el primer momento, supe que quería jugar para Bolivia. Me siento boliviano, nacido en Bolivia, y he vivido doce años en ese país. Mi tierra es Oruro, y siempre me he sentido parte de esa comunidad”, afirmó con convicción.

Respecto a su ascendencia peruana, explicó: “Mis padres quizás dudaron al principio, pero finalmente respetaron mi decisión. Desde pequeño, tuve la ilusión de representar a Bolivia. Cuando tuve la oportunidad, no lo dudé. Mi corazón me indicó que debía seguir ese camino, y hoy estoy muy orgulloso de defender a Bolivia en el campo”.

Raíces culturales y vínculos con Perú

“Crecí en una familia peruana, con costumbres y tradiciones propias de Perú. Me siento peruano y boliviano por igual. Nuestra casa está en Cerro Azul, en Cañete, y frecuentemente visitamos Chincha con mis padres, lugares que también llevan un significado especial en mi vida”, compartió Timorán.

Este joven futbolista, con doble identidad cultural, continúa forjando su carrera en un momento crucial, enfrentando desafíos y oportunidades en ambos países. Su historia refleja la realidad de muchos jóvenes que, con talento y decisión, representan la diversidad y riqueza cultural del fútbol sudamericano.