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México fue principal productor de opio en el siglo XX, abasteciendo hasta el 90% de la demanda en EE. UU., según estudio

Escrito por radioondapopular
agosto 2, 2025
México fue principal productor de opio en el siglo XX, abasteciendo hasta el 90% de la demanda en EE. UU., según estudio





Historia del opio en México y su impacto en Estados Unidos

El papel histórico de México en la producción de opio y su influencia en Estados Unidos

El opio, sustancia natural con propiedades analgésicas y narcóticas, ha sido utilizada desde hace siglos como base para la fabricación de drogas ilícitas, como la heroína. En México, su historia se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando comenzó su cultivo en respuesta a la creciente demanda en Estados Unidos. Este interés surgió tras la Guerra de Secesión, en la que muchos soldados dependían de la morfina para tratar sus heridas, lo que impulsó su consumo.

Además, la inmigración china en esa época influyó en la introducción del hábito de fumar opio en el país. Para 1940, la región conocida como el Triángulo Dorado, que abarca los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, se consolidó como el principal centro de producción y procesamiento de amapola en México. Desde allí, se abastecía principalmente a los mercados de Estados Unidos y otras regiones del continente.

El auge de la industria del opio en México durante el siglo XX

Durante gran parte del siglo XX, la industria mexicana del opio se convirtió en una de las principales fuentes de opiáceos para Estados Unidos, llegando en algunos periodos a suplir hasta el 90% de la demanda en momentos de escasez internacional, según la Revista de Economías Ilícitas y Desarrollo. La morfina se utilizaba principalmente con fines médicos, mientras que el consumo de opio fumado tenía raíces en las tradiciones chinas y europeas.

En términos de consumo, México mantenía un nivel relativamente bajo, comparado con otros países, con cifras que muestran un promedio de solo 6 miligramos de opio per cápita, en contraste con los 800 miligramos en Norteamérica. Esto refleja un patrón de uso más restringido en el país, influenciado por las regulaciones y normas sociales de la época.

Regulación y control del opio en México

La Constitución de 1917 estableció medidas sanitarias para prevenir la venta de sustancias dañinas, aunque no implicaba penas penales específicas. Sin embargo, en la práctica, durante el gobierno de Venustiano Carranza, la presión mediática, especialmente del periódico Excélsior, llevó a hostigar a la comunidad china y a realizar decomisos de opio.

Hacia 1920, se comenzaron a implementar políticas restrictivas contra el comercio de sustancias relacionadas con «vicios», marcando el inicio de la prohibición formal. En esa época, se reconocía el carácter medicinal del opio, la morfina y la heroína, bajo control estatal, aunque sustancias como la marihuana fueron prohibidas totalmente. Estas medidas respondían a compromisos internacionales, como la Convención de La Haya de 1925, que reguló el comercio de drogas en el mundo.

El enfoque en salud y reducción de daños en México

Durante la década de 1930, México fortaleció sus leyes contra el tráfico de drogas, penalizando la posesión y el comercio en el Código Penal Federal de 1929 y reforzando esas disposiciones en 1931. A pesar de ello, la visión predominante era tratar a los consumidores como enfermos, no delincuentes, y ofrecerles tratamiento forzoso cuando era necesario.

En la década de 1940, el doctor Leopoldo Salazar Viniegra propuso una política de reducción de daños, en la que el Estado suministraba opiáceos a los adictos a precios de costo para disminuir el mercado clandestino. Aunque esta estrategia tuvo cierto éxito, duró solo seis meses debido a la presión de Estados Unidos, motivada por la creciente producción de amapola durante la Segunda Guerra Mundial.

Impacto de la Segunda Guerra Mundial y crecimiento de la producción

Durante la guerra, la interrupción del suministro europeo de heroína y morfina llevó a que Estados Unidos recurriera a México para satisfacer su demanda. La producción de amapola en el país aumentó considerablemente, consolidando a México como uno de los principales productores mundiales. La demanda en Estados Unidos, en particular, creció ante la escasez en Europa, promoviendo un incremento en la fabricación y tráfico de opio.

Este contexto global impactó en las políticas mexicanas y en la percepción del consumo de drogas, consolidando una historia compleja que aún influye en las políticas actuales de control y salud pública en México.


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