
Ante la disminución de los ataques iraníes, la vida cotidiana en Israel comienza a normalizarse, de manera paulatina y aun con cierta precaución.
Este miércoles, el Mando del Frente Interior anunció que relajaría las directrices para la población civil en gran parte del país a partir de las 18:00 hora local, tras varios días de cierre casi total. Las escuelas y playas seguirán cerradas bajo las nuevas normas, pero se permitirán reuniones de hasta 30 personas si hay un refugio cercano. Los lugares de trabajo con acceso a estos cuartos seguros también podrán reanudar sus actividades, indica el documento.
Se trata de un “mensaje de victoria” sobre el enemigo, celebró el ministro de Defensa, Israel Katz, que destacó, además, que pese a las hostilidades extranjeras, “Israel abrirá la economía” y continuará en su senda de crecimiento y desarrollo con normalidad.
Irán lleva lanzados 400 misiles balísticos y cientos de drones contra Israel desde el viernes, causando la muerte de 24 personas y heridas en más de 800, según el gobierno israelí. Sin embargo, no se han registrado víctimas mortales desde el lunes por la mañana.
Los bombardeos más intensos ocurrieron el viernes y durante el fin de semana, cuando se lanzaron unos 300 misiles. Aunque la mayoría fueron interceptados, algunos lograron atravesar las defensas aéreas, destruyendo manzanas enteras en el área metropolitana de Tel Aviv y desplazando a casi 4.000 personas.
Los ataques de esta semana, aunque frecuentes, han sido menos intensos porque -según se especula- el régimen persa estaría intentando administrar con precaución su reserva de misiles balísticos.
Así, uno de los últimos anuncios de la vocería de las Fuerzas de Defensa informó del lanzamiento de 30 misiles en varias oleadas nocturnas sin causar víctimas, así como la identificación de proyectiles hipersónicos de tipo Fattah, según precisó la televisión iraní.
No obstante esta disminución, el Ejército de Benjamin Netanyahu mantiene el ritmo de sus ofensivas sobre Teherán y otros sitios clave del país persa, incluidas instalaciones nucleares y militares, y decenas de infraestructuras terroristas, de defensa y de lanzamiento de misiles.
De todas formas, más allá de las ofensivas de cada bando, hay un factor mayor que podría hacer que la situación en la región cambiara drásticamente.
En las últimas horas, el presidente Donald Trump sugirió que podría considerar cambiar su rol actual en el conflicto a uno más ofensivo, aunque señaló que aún no había tomado una decisión al respecto.
“Veremos qué sucede (…) Todos me lo han preguntado, pero no he tomado una decisión. Podría pasar cualquier cosa, ¿verdad?”, dijo al ser consultado por la prensa, incluso considerando la posible caída del régimen.
En línea con sus palabras, el Pentágono ya comenzó a hacer despliegues estratégicos en la región, que fueron confirmados en las últimas horas, por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
“Si (Trump) hubiera solicitado o no los planes (para un ataque), no lo revelaría”, comenzó diciendo, aunque resaltó enseguida: “Teherán entiende exactamente lo que dice el presidente. Dijo que durante 60 días tuvieron la oportunidad de llegar a un acuerdo. Deberían haberlo hecho. La palabra del presidente Trump significa algo. El mundo lo entiende. Y en el Departamento de Defensa nuestro trabajo es estar preparados con opciones“.
(Con información de Bloomberg)
Fuente: Infobae.com