A temprana edad, tanto en nuestras casas como en el colegio nos enseñan el Sistema Solar y los planetas que lo componen, entre ellos la Tierra en la que vivimos. Sin embargo, con el avance de la tecnología y los estudios, ha ido emergiendo nueva información acerca de otros planetas o exoplanetas.
Los exoplanetas son planetas que orbitan estrellas que no son el Sol, por ende, están fuera de nuestro Sistema Solar. Estos tienen distintas características y son muy difíciles de observar en telescopios tradicionales, por lo que para ello es necesario utilizar métodos indirectos.
Uno de los exoplanetas más conocidos es el K2-18b, que se encuentra ubicado a una distancia de 124 años luz de la Tierra, y que ha sido estudiado en el último tiempo por organismos como la NASA.
¿Posibles señales de vida en el K2-18b?
En cuanto a las características del K2-18b, tiene 8,6 veces la masa de la Tierra y alrededor de un diámetro 2,6 mayor.
Según los antecedentes de este exoplaneta, tiene varias similitudes con la Tierra, lo que hace precisamente interesante estudiarlo.
Según un estudio encabezado por unos científicos de la Universidad de Cambridge arrojó «la evidencia más fuerte hasta el momento» de vida fuera de la Tierra.
Lo anterior fue gracias al telescopio espacial James Webb, que detectó dos gases en el K2-18b: sulfuro de dimetilo y disulfuro de dimetilo. Estos gases en la Tierra son producidos, principalmente, por vida microbiana, como por ejemplo, el fitoplancton marino (algas) o las bacterias.
«Un momento revolucionario»
El astrónomo que encabeza el grupo, Nikku Madhusudhan, dijo que «este es un momento revolucionario» y afirmó que «es la primera vez que la humanidad ha visto potenciales biofirmas en un planeta habitable».
No obstante, el científico destacó que todavía falta mucho trabajo para confimar el hallazgo de posible vida en este exoplaneta, aunque agregó que el K2-18b está cubierto por un océano templado y vivo.