
Desde Beijing, donde cumplió una visita oficial al régimen, el presidente Daniel Noboa reconoció públicamente que mantener al líder criminal Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, en una prisión ecuatoriana representa una exposición innecesaria para el país. En entrevista con CNN, el mandatario reiteró que su gobierno está listo para extraditarlo a Estados Unidos en cuanto llegue la solicitud formal.
“Estamos listos para enviarlo a EE.UU. apenas llegue la carta de extradición”, dijo Noboa durante la conversación con el periodista Fernando del Rincón en el programa Conclusiones. Aunque aseguró que las cárceles del país se encuentran bajo control, enfatizó que la presencia de alias Fito —cabecilla de la organización criminal Los Choneros— implica un riesgo constante para la seguridad nacional.
Macías Villamar fue recapturado el 25 de junio tras casi año y medio prófugo. Su fuga en enero de 2024 desató una ola de violencia carcelaria y atentados que incluyeron motines, rehenes, y ataques con explosivos en ciudades como Guayaquil y Quito. La recaptura se dio en el marco de operativos conjuntos liderados por inteligencia militar.
“No es coincidencia que esto pase cuando ya están en el registro oficial las leyes que mejoran el combate a la guerra y a la inseguridad del Ecuador”, afirmó Noboa en referencia a la Ley de Solidaridad y a la Ley de Inteligencia, recientemente aprobadas por la Asamblea Nacional. El mandatario comparó ambas normativas con la “Ley Patriota” de Estados Unidos y la legislación italiana contra el crimen organizado. No obstante, las instituciones miembros del Bloque de Seguridad han indicado que la captura se realizó gracias a un informante. Por alias Fito, el gobierno ofrecía un millón de dólares como recompensa.
Desde su llegada al poder, Noboa ha impulsado una política de “mano dura” frente al narcotráfico y el crimen transnacional, en estrecha colaboración con países como EE.UU. y Emiratos Árabes Unidos. En la misma entrevista, celebrada el 26 de junio, resaltó otras capturas internacionales relevantes, como la de alias “El Gerente” en Dubái —cabecilla de los Comandos de la Frontera, implicado en la masacre de 11 militares ecuatorianos—, y la próxima extradición desde España de alias “Comandante Willy”, líder de los Tiguerones.
En el caso de Fito, Washington ya ha mostrado interés en juzgarlo por delitos vinculados al narcotráfico y el crimen organizado. Noboa aseguró que colaborará plenamente con la justicia estadounidense. “Alias Fito deberá responder ante la ley norteamericana”, subrayó, al tiempo que insistió en que no permitirá que las cárceles vuelvan a convertirse en centros de operación criminal.
La posibilidad de extraditar a cabecillas de bandas criminales a Estados Unidos ha sido una de las estrategias clave del gobierno para desmantelar las redes de poder construidas dentro del sistema penitenciario. Las autoridades temen que figuras como Fito continúen operando desde prisión a través de teléfonos móviles, sobornos y amenazas, como ya ha ocurrido en el pasado.
Además del combate al crimen, Noboa aprovechó la entrevista para destacar mejoras en los índices de seguridad y crecimiento económico. Aseguró que los homicidios se han reducido notablemente desde abril, y que el control de la violencia ha impulsado el desarrollo económico: “Hemos tenido récord en ventas internas y exportaciones en abril, mayo y junio. El Banco Central anunció que el Ecuador creció un 3% en el primer trimestre y las proyecciones anuales ya superan el 3,5%”.
Sobre el futuro, Noboa no descartó la posibilidad del retorno de bases militares extranjeras al país, propuesta que —según indicó— deberá pasar por referéndum: “Hay conversaciones con varios países europeos para instalar una base conjunta. Más de un tercio de la droga que sale del Ecuador termina en sus puertos”, justificó el presidente.
Mientras tanto, Ecuador se encuentra a la espera de que la solicitud formal de extradición de Fito llegue desde Washington. El gobierno insiste en que está dispuesto a actuar con rapidez y decisión para evitar que el país vuelva a ser rehén del crimen organizado.
Fuente: Infobae.com