Destrucción en París y tragedia en el sur de Francia tras la tormenta eléctrica más intensa en años

“¿Se han dado cuenta de que llovía?”, preguntó el primer ministro François Bayrou ante la Asamblea Nacional, mientras la lluvia torrencial se filtraba por la cúpula del Parlamento francés.

La escena, ocurrida la noche del miércoles, marcó el inicio de una de las tormentas eléctricas más intensas que ha azotado a Francia en los últimos años, dejando a su paso dos víctimas mortales, decenas de heridos y una estela de destrucción en varias regiones del país, según reportó France Info.

La capital, París, fue uno de los epicentros del temporal.

Las lluvias intensas y los vientos huracanados transformaron los bulevares en ríos improvisados, mientras decenas de árboles caídos bloqueaban calles y avenidas. El impacto de la tormenta se sintió de inmediato en la vida cotidiana de los parisinos, quienes amanecieron el jueves con la ciudad parcialmente paralizada.

La violencia de la tormenta no solo se manifestó en la capital.

En Montauban, al suroeste de Francia, un niño de 12 años perdió la vida cuando un árbol, debilitado por el viento y la lluvia, cayó sobre él. En la región del Loira, un hombre de 59 años falleció tras chocar su vehículo todoterreno contra otro árbol derribado por la tormenta.

El saldo humano de la tormenta incluyó, además de los dos fallecidos, al menos 17 personas heridas, una de ellas de gravedad, según la agencia francesa de protección civil.

La rápida sucesión de eventos obligó a los servicios de emergencia a desplegarse en múltiples frentes, desde el rescate de personas atrapadas hasta la restauración de servicios básicos. “La agencia indicó que también se cortó el suministro eléctrico a 110.000 hogares”, precisó AP.

La restauración del servicio requirió la movilización de cuadrillas de emergencia y técnicos especializados, que trabajaron durante horas para reparar los daños en las líneas de transmisión y distribución.

La noche del miércoles, mientras el primer ministro François Bayrou pronunciaba un discurso sobre Oriente Medio en la Asamblea Nacional, la tormenta alcanzó su punto álgido.

El estruendo de la lluvia y el viento se coló en el hemiciclo, y pronto se hizo evidente que el edificio no estaba a salvo de los embates del clima. “¿Se han dado cuenta de que llovía?”, ironizó Bayrou, mirando hacia la cúpula con goteras que amenazaban con interrumpir la sesión parlamentaria.

El vicepresidente de la asamblea, Roland Lescure, tomó la decisión de suspender el debate para permitir la intervención de los bomberos. Quince minutos después, la sesión se reanudó, no sin antes informar a los legisladores que “se utilizaron tapetes absorbentes para tapar la fuga”, relató Lescure ante la cámara.

La tormenta llegó tras una ola de calor que había elevado las temperaturas en gran parte de Francia, creando las condiciones propicias para la formación de fenómenos meteorológicos extremos.

El contraste entre el calor acumulado y la llegada de masas de aire frío desencadenó lluvias torrenciales, vientos de gran intensidad y descargas eléctricas que pusieron a prueba la infraestructura urbana y rural. “Fuertes lluvias cayeron sobre París y fuertes vientos derribaron decenas de árboles, que cubrían las calles el jueves”, informó la oficina de seguridad civil, citada por France Info.

La respuesta de las autoridades fue inmediata. Equipos de bomberos, policías y personal de protección civil se desplegaron en las zonas más afectadas para atender emergencias, rescatar a personas atrapadas y evaluar los daños materiales.

El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Roland Lescure, relató que “se utilizaron tapetes absorbentes para tapar la fuga” en la cúpula del Parlamento, una medida improvisada que permitió continuar con la sesión legislativa pese a las adversidades.