
Una enfermera de prisión de Missouri, Amy Murray, de 46 años, fue condenada a 12 años de prisión tras aceptar su responsabilidad esta semana, en el asesinato de su esposo, Joshua Murray.
Amy lo envenenó antes de incendiar su vivienda para encubrir el crimen y así poder casarse con un recluso condenado por asesinato.
Amy Murray, quien trabajaba como enfermera en el Centro Correccional de Jefferson City, mantenía una relación extramarital con Eugene Claypool, un recluso que cumplía una condena de 25 años a cadena perpetua por asesinato.
La relación entre Amy y Claypool se desarrolló mientras ella ejercía su labor en la prisión, y las comunicaciones entre ambos quedaron registradas debido a los protocolos de seguridad penitenciaria.
De acuerdo con la declaración jurada citada por People, en esas conversaciones, Murray expresó en repetidas ocasiones su deseo de no continuar con su matrimonio y llegó a manifestar a Claypool que podrían casarse una vez que su esposo ya no estuviera presente.
El 11 de diciembre de 2018, la vida de Joshua Murray, de 37 años, llegó a un abrupto final en la vivienda familiar de Iberia, una localidad de apenas 700 habitantes situada a unos 240 kilómetros al oeste de St. Louis.
Inicialmente, la policía creyó que Joshua había fallecido en un incendio accidental. Sin embargo, la autopsia reveló un hallazgo inquietante: el cuerpo de Joshua contenía cantidades elevadas de anticongelante, lo que llevó al médico forense a dictaminar que la causa de la muerte fue homicidio. Además, el informe forense detalló lesiones que indicaban que Joshua había muerto antes de que se iniciara el fuego, según la declaración jurada obtenida por People.
La investigación posterior, en la que participaron la Oficina del Jefe de Bomberos del Estado y el Departamento del Sheriff del Condado de Miller, determinó que se había utilizado un acelerante para provocar el incendio.
La declaración jurada también señala que Amy Murray había estado en la casa apenas 30 minutos antes de que comenzara el fuego y que, poco después, salió con el hijo de 11 años de la pareja y sus dos perros para comprar comida.
La mujer fue detenida tres meses después de la muerte de su esposo. Para entonces, los investigadores ya habían reunido pruebas sustanciales sobre su relación con Claypool y su posible motivo para cometer el crimen.
Las grabaciones de las llamadas telefónicas entre Murray y Claypool, obtenidas por la fiscalía, revelaron que la enfermera hablaba abiertamente sobre su desdén hacia su esposo y su deseo de iniciar una nueva vida con el recluso. En una de las conversaciones, Murray llegó a decirle a Claypool que podrían casarse tras la muerte de Joshua, ya que “él ya no estaría presente”, según la declaración jurada citada por People.
Tras su arresto, Amy Murray pagó una fianza de 750.000 dólares y pasó seis años enfrentando los cargos en su contra. Durante el proceso judicial, su equipo de defensa intentó argumentar que Joshua Murray podría haberse quitado la vida ingiriendo el anticongelante, pero el juez desestimó esa posibilidad y no permitió que la moción avanzara.
Finalmente, el 25 de junio de 2025, Amy Murray se declaró culpable de homicidio en segundo grado, incendio provocado en segundo grado y manipulación de pruebas, en el marco de un acuerdo con la fiscalía que permitió retirar el cargo de acción criminal armada.
La declaración de culpabilidad presentada por Murray fue bajo la modalidad Alford, lo que le permitió mantener su inocencia formalmente mientras aceptaba la condena.
Este tipo de declaración, poco común, se utiliza cuando un acusado reconoce que la fiscalía tiene pruebas suficientes para obtener una condena, pero no admite haber cometido el delito. El juez sentenció a Murray a 12 años de prisión por asesinato, 7 de ellos por incendio provocado y 4 años por manipulación de pruebas. Según el acuerdo, las sentencias por incendio provocado y manipulación de pruebas se cumplirán de forma consecutiva, pero ambas de manera simultánea con la condena por asesinato.
Su tía, Sherry Thompson, envió una carta al tribunal en la que describió a Joshua como “un buen esposo y padre fiel”.
En la información publicada por People, Thompson destacó que Joshua “tuvo su propia empresa de construcción y trabajó arduamente para mantener a su familia”. Añadió que era “un miembro muy respetado y querido de nuestra comunidad”, subrayando el impacto que su pérdida tuvo en familiares y vecinos.
Durante los seis años que duró el proceso judicial, la familia de Joshua expresó su frustración por la lentitud de los procedimientos y la dificultad de obtener justicia.
Amy Murray permanece actualmente detenida en el Centro Correccional del Condado de Miller, a la espera de su asignación definitiva a una prisión estatal.
Fuente: Inboae.com