La Armada ya trabaja en el desarrollo de su primer portaaviones convencional con el objetivo de poder operar desde él entre 25 y 30 aviones de combate. La fuerza naval española ha detallado, según recoge EFE, que la futura embarcación sería similar al Charles de Gaulle, aunque se descarta que sea de propulsión nuclear como sí lo es el buque insignia de la Marina Nacional de Francia.
La embarcación francesa, en cuyo reemplazo ya trabaja la industria militar gala, presenta una eslora de aproximadamente 261 metros, una manga de unos 64 metros y una altura de 75 metros, de igual manera puede desplazar más de 42.500 toneladas a plena carga. En este sentido, tal como publica El País, la Armada ya ha encargado a Navantia un estudio de viabilidad sobre la construcción del que sería el primer portaviones español en el que las aeronaves puedan tanto despegar y aterrizar rodando por la pista.

De este modo, la fuerza liderada por el almirante general Antonio Piñeiro Sánchez ha modificado su plan original para 2050 que, entre otras modernizaciones y adquisiciones, preveía construir tres nuevos buques portaeronaves y de asalto anfibio al estilo del LHD Juan Carlos I, la unidad más grande con la que cuenta a día de hoy España. Ahora, uno de estos se transformará en portaviones.
Este replanteamiento responde, entre otras razones, a la necesidad de contar con más alternativas respecto al futuro caza de la Armada, aquel -o aquellos- que sustituya a los actuales AV-8B Harrier II, aeronaves de despegue corto y capaces de aterrizar verticalmente, características indispensables para poder operar desde el Juan Carlos I. Actualmente, el único caza disponible en el mercado con esta capacidad es el F-35, fabricado por Estados Unidos.
Desde hace años, la fuerza naval señala al avión de combate de quinta generación de Estados Unidos como la única opción para seguir teniendo una aeronave embarcada, al menos abordo del Juan Carlos I. No obstante, la compra del F-35, del que la Armada precisas al menos una docena de aparatos, se opone a la política del Ministerio de Defensa de adquirir material militar español o europeo, en cuyo desarrollo participe la industria nacional.
Aunque ampliables a seis aviones más, el reducido número de unidades que precisa la fuerza naval hace inviable cierto retorno industrial en territorio español por parte de la empresa Lockheed Martin, fabricante del F-35. Ante esto, se ha barajado la posibilidad de que el caza estadounidense sea el sustituto de los F-18 del Ejército del Aire, ya en el final de su vida útil, lo que permitiría ampliar el volumen de una hipotética compra y habilitaría una mayor participación de empresas españolas. Sin embargo, la fuerza aérea no ve con buenos ojos a la aeronave de EEUU.
La puesta a flote del submarino S-82, el segundo de la serie S-80, tendrá lugar el próximo día 21 de julio en Cartagena (Murcia), 18 meses más tarde de lo previsto originalmente. La madrina del bautizo del sumergible será la esposa del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, según han señalado a EFE fuentes de la Armada.A partir de ese momento, el S-82 Narciso Monturiol iniciará un proceso en el que se trasladará hasta el mar mediante un dique inundable, una maniobra que requiere de varias horas. Una vez en el agua, comenzarán las pruebas de puerto y, en una segunda fase, las pruebas de mar, con navegación en superficie e inmersión hasta su cota máxima.
Fuente: Infobae.com