
El temor a una guerra con Rusia ha llevado a Finlandia a reforzar la frontera más larga de Europa entre la OTAN y su vecino oriental, según lo reportado por Reuters. Desde que la invasión a Ucrania impulsó el ingreso de Finlandia a la alianza militar hace dos años, han resurgido tensiones reminiscentes de la Guerra Fría a lo largo de los bosques que conforman los 1.340 kilómetros del límite compartido.
En un campo de tiro ubicado a 16 kilómetros de la frontera rusa, el reservista finlandés Janne Latto desplegó un dron de vigilancia y un control. Para él, estos equipos son esenciales ante cualquier escalada contra Rusia. “¿Y si ellos deciden venir y cambiar la frontera, igual que hicieron en Ucrania?”, declaró Latto, empresario del sector de señalización, en referencia al impacto de la guerra vecina en su percepción sobre Moscú.
Las autoridades finlandesas han comenzado la construcción de una valla coronada con alambre de púas en los tramos más accesibles del límite. Esta medida forma parte de un paquete de respuestas tras la acusación de que Rusia ha utilizado la migración como instrumento político. La frontera, que en años previos era paso frecuente para turistas y comerciantes rusos, permanece cerrada. Centros comerciales y restaurantes antes repletos de visitantes de San Petersburgo y alrededores, permanecen ahora silenciosos.
Satélites han registrado actividad en antiguas bases militares soviéticas del lado ruso. El 1 de junio, un ataque ucraniano sobre una flota aérea en la base de Olenya, en el norte ruso próximo a Finlandia, marcó otro giro en la percepción de amenaza.
Entre los habitantes de la región fronteriza, la división es clara. Muchos, como Latto y sus compañeros del club de reservistas Lauritsala, justifican las nuevas restricciones como mecanismos vitales de preparación y disuasión. La organización ha invertido en avanzar en la capacitación con tecnología moderna como drones Parrot Anafi, mientras el número de voluntarios para este tipo de clubes ha crecido aproximadamente un 33% desde 2022. Finlandia ha elevado el límite de edad para los reservistas hasta los 65 años, planeando sumar 125.000 efectivos y alcanzar el millón de reservistas hacia 2031.
Finlandia reforzó, además, sus reservas de minas terrestres y prohibió que ciudadanos con doble nacionalidad finlandesa y rusa operen drones, vetando también a los rusos la compra de propiedades. El jueves, la ministra de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, indicó en la red X que el propósito de estas medidas es garantizar que la frontera “permanezca inviolable”.
Mientras tanto, la economía local sufre el aislamiento. El Consejo regional estima que la desaparición del turismo y el comercio ha restado al menos 300 millones de euros anuales a una economía valorada en 5.500 millones de euros. El desempleo superó el 15% a finales de 2023, por encima de la media nacional.
Residentes como el anticuario Janne Tarvainen extrañan la afluencia de rusos, aunque reconoce que algunos se quejaban de la dificultad para conseguir mesa en restaurantes o aparcamiento. En contraste, para él “el dinero llegaba al pueblo”.
La división también afecta a familias transfronterizas. Oksana Serebriakova, de 50 años y nieta de finlandeses, se mudó de Moscú a Lappeenranta tras la pandemia de COVID-19, pero quedó separada de su marido y su hijo mayor, quienes permanecen en Rusia. “Es una situación muy triste”, explicó Serebriakova, estudiante de administración de empresas, quien propone que bastarían controles estrictos tipo aeroportuario para garantizar la seguridad sin cerrar la frontera.
Finlandia, con 38.000 ciudadanos con doble nacionalidad, afronta múltiples demandas legales presentadas ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para reabrir el paso. La frontera, décadas atrás custodiada solo por postes y barreras bajas, se transforma ahora con la construcción de 200 kilómetros de valla de 4,5 metros de altura, equipados con cámaras y sensores de movimiento.
“Pasamos de una era de desfronterización a una de refronterización”, declaró Samuel Siljanen, jefe de operaciones de la Guardia Fronteriza finlandesa.
Finlandia, lejos de confiar en una distensión próxima, prevé que Rusia refuerce la Región Militar de Leningrado una vez finalice la guerra en Ucrania. Al mismo tiempo, Helsinki sigue adquiriendo armamento avanzado, como 64 aviones estadounidenses F-35 y mantiene la mayor artillería de Europa occidental, según fuentes oficiales.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin reiteró el miércoles que no tiene planes para atacar a la OTAN y minimizó la importancia del rearme en territorio vecino, aunque Moscú anunció un aumento de las capacidades militares al oeste y noroeste del país tras la adhesión finlandesa.
En la ciudad oriental de Mikkeli, a dos horas de la frontera, se establecerá el nuevo mando norte de la OTAN. Unos 50 oficiales de países miembros, incluidos Estados Unidos y Reino Unido, se unirán al comando del ejército finlandés, preparados para asumir el liderazgo en caso de escalada, afirmó el brigadier Chris Gent de la OTAN.
Las autoridades insisten en que el fortalecimiento de la defensa y la cooperación militar buscan únicamente proteger la frontera y disuadir cualquier intento de agresión. Las operaciones en la región evolucionan mientras los habitantes ajustan sus vidas a la nueva realidad de una frontera endurecida.
(Con información de Reuters)
Fuente: Infobae.com