El estreno de la versión de acción real de «Cómo entrenar a tu dragón» ha resultado ser un fenómeno tanto en taquilla como en la recepción de crítica, consolidando su lugar como una de las propuestas cinematográficas más destacadas de 2025. Lejos de tratarse solo de otra remake, la cinta ha sabido atraer la atención de los fanáticos de la franquicia original y de nuevos públicos, mezclando fidelidad y originalidad.
Durante su primer fin de semana después del estreno el 12 de junio, la película alcanzó el mejor debut de la saga, superando a sus predecesoras animadas y dejando atrás a otras grandes apuestas del momento, como la esperada ’28 años después’, tercera entrega de la conocida serie iniciada en 2002.
El desempeño comercial de la nueva producción ha sido tan significativo que, en apenas un fin de semana, la cinta logró entrar en el Top 10 de películas más taquilleras del año y se posicionó también entre los 10 mejores estrenos históricos de remakes en acción real. Incluso en su segunda semana, mantuvo el liderazgo en la taquilla, convirtiéndose en la película más vista del fin de semana.
El éxito en el ámbito de la crítica acompaña a este buen resultado comercial. Voces especializadas han destacado que esta versión es “un disfrute absoluto”, resaltando tanto los méritos del largometraje original como la capacidad de la nueva entrega para mantener su esencia y expandir algunos de sus mejores aspectos. La crítica de SensaCine, por ejemplo, subraya el acierto de conservar el corazón de la historia y de resistirse a sustituir lo que funcionaba, enfocando el esfuerzo en mejorar detalles clave.

El responsable de materializar esa visión fue Dean DeBlois, quien también dirigió la saga animada. DeBlois dejó clara su intención desde un principio: crear una nueva adaptación que no reemplazase el clásico de DreamWorks, sino que lo complementara. Según sus propias palabras, el objetivo era “crear otra versión, pero no una que reemplazara la película animada”, sino una capaz de “conservar los mejores aspectos del original añadiendo mejoras buenas, sutiles y significativas”. En la práctica, esto se tradujo en una cuidadosa selección de escenas emblemáticas y en la profundización de los vínculos entre los personajes, además de avances técnicos y visuales que solo la acción real permite.
Un aspecto esencial en la consecución de ese equilibrio entre continuidad e innovación fue la elección del elenco, con Mason Thames como Hipo y Nico Parker como Astrid. Desde el proceso de casting, ambos intérpretes sobresalieron por su capacidad para encarnar el espíritu de los protagonistas, un punto clave para dotar de autenticidad a la adaptación. La entrega y compromiso de Thames resultaron especialmente determinantes, pues no solo asumió el reto de dar vida a un personaje icónico de su infancia, sino que también se enfrentó a desafíos personales para asegurar la naturalidad y realismo de su actuación.
El ejemplo más claro de esa entrega se refleja en una de las escenas más recordadas de la película. Se trata de la primera interacción real entre Hipo y Chimuelo, el Furia Nocturna, una secuencia que el equipo creativo decidió recrear casi cuadro por cuadro para homenajear la versión animada. En la escena, Hipo busca ganarse la confianza del dragón ofreciéndole un pescado como ofrenda. El giro ocurre cuando Chimuelo regurgita parte del pescado a modo de muestra de confianza, gesto al que Hipo debe corresponder aceptando el regalo.
Lo que diferencia la versión de acción real radica en la autenticidad de la respuesta de Hipo en pantalla, pues Mason Thames quiso aportar la emoción más genuina posible. A pesar de su conocida aversión por el pescado, el joven aceptó comerlo ante las cámaras para reflejar con mayor realismo la incomodidad del momento.
En declaraciones a The New York Times, Thames confesó que le ofrecieron la opción de rellenar una cabeza de pescado falsa con pollo o con atún. Pensando en el realismo de la reacción, eligió el atún pese a su repulsión, logrando así una actuación convincente. El impacto fue tan real que, según sus propias palabras, tardó unos 20 segundos en tragar el bocado y estuvo cerca de vomitar, generando una reacción visceral que el director, Dean DeBlois, consideró perfecta para la película.
La secuencia se ha convertido en una muestra del compromiso del elenco y en un guiño memorable para los admiradores de la historia original, quienes reconocen el valor de recrear emociones reales en vez de recurrir únicamente a efectos o actuaciones forzadas.
Así, el remake de «Cómo entrenar a tu dragón» ha logrado consolidar su relevancia tanto en el ámbito comercial como artístico, avalado por la dirección visionaria de Dean DeBlois, la dedicación del reparto y el respeto por la película animada que marcó a toda una generación.
Fuente: Infobae.com