Este miércoles 4 de diciembre se celebra en Buenos Aires la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), uno de los principales foros de debate conservador a nivel mundial. El evento, el primero en la capital argentina, cobra aún más importancia tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones norteamericanas y promete ser una cumbre libertaria global con figuras de peso.
Además del discurso central del presidente argentino Javier Milei, y de la intervención de oradores locales, el line up incluye a personalidades como Ron Paul, Lara Trump, Ben Shapiro, Jair Bolsonaro, y figuras destacadas de Europa y Latinoamérica. De hecho, no se descarta la intervención del propio Donald Trump desde los Estados Unidos.
En 2016, la figura de Lara Trump, una desconocida hasta entonces, empezó a brillar en el marco de la campaña presidencial de su suegro, Donald Trump. De ser una mujer ajena a la política y sin grandes aspiraciones públicas, se convirtió en una de las personalidades más influyentes dentro del círculo cercano de la familia Trump.
Su camino hasta la cima del escenario, siempre como ladera de su suegro, fue meticuloso, marcado por una incansable lealtad. Incluso cuando comenzaron a surgir divisiones en la familia sobre cómo enfrentar la derrota en 2020, Lara nunca se bajó de la pelea y siempre se mantuvo activa en la defensa de su suegro.
Aun así, su poderío actual no era previsible. Nacida en Wilmington, Carolina del Norte, Lara Lea Yunaska no parecía destinada al mundo de la política. Con una formación inicial como entrenadora personal y aspirante a chef, su vida dio un giro inesperado cuando en 2008 conoció a Eric Trump, hijo de Donald Trump. Casada desde 2014, asumió un rol cada vez más protagónico en la esfera política y mediática de la familia Trump, sobrepasando en relevancia a figuras como Ivanka Trump.
El primer contacto con la política ocurrió de manera indirecta, cuando dejó su empleo en CBS para unirse a la campaña presidencial de su suegro en 2016. A pesar de ser menos conocida que otras figuras de la familia, como Ivanka o Donald Trump Jr., Lara se destacó por su capacidad para comunicar y defender la visión de Make America Great Again (MAGA).
Su participación fue decisiva, sobre todo en las giras que organizó para mujeres republicanas, buscando suavizar la imagen de Trump ante los votantes femeninos. Desde entonces y hasta ahora, siempre fue una trabajadora incansable, algo que Kellyanne Conway, una de las principales estrategas de la campaña, destacó. “Nunca la escuché decir que no”, señaló Conway, alabando su disposición para colaborar en cualquier actividad, desde llamadas de recaudación de fondos hasta viajes largos para apoyar la campaña.
Una vez terminada la campaña de 2016, continuó su implicación en el ámbito político. En 2017, fue contratada como asesora para la reelección de Donald Trump y en 2020 lanzó su propio programa en Facebook, Real News, donde defendió las políticas del presidente. Fue en ese contexto que fue nombrada co-presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC), un movimiento que consolidó su posición dentro de la estructura del partido.
Con el regreso de Donald Trump al centro de la política estadounidense en 2024, Lara Trump comenzó a expandir sus ambiciones. A pesar de que ya ha sido considerada como una posible candidata para reemplazar a Marco Rubio en el Senado por Florida, las especulaciones sobre su futuro político no se limitan al Capitolio. En varias entrevistas, la nuera de Trump ha dejado entrever que no descartaría una candidatura presidencial en el futuro.
“Lara Trump podría ser la historia de éxito político más subestimada de la década”, dijo TJ McCormack, un especialista republicano en comunicaciones… Es que las ambiciones de Lara Trump no parecen tener límites. Días antes de las elecciones que consagraron a su suegro, la revista Time le preguntó si alguna vez se plantearía postularse para la Casa Blanca. Con ironía, respondió: “Nunca digas nunca con un Trump”.
Ben Shapiro es una de las figuras más reconocidas y controversiales en el ámbito de la política estadounidense de las últimas décadas. Con una combinación única de elocuencia, habilidad para el debate y una postura conservadora firme, logró destacarse como uno de los comentaristas más influyentes del panorama político actual.
Nacido el 15 de enero de 1984 en Burbank, California, Shapiro creció en una familia judía que influyó profundamente en su visión del mundo. Desde joven, mostró un notable interés por el debate y la lógica, lo que lo llevó a sobresalir en su educación. A los 16 años, ya había completado la escuela secundaria y comenzó sus estudios en la Universidad de California, (UCLA), donde se graduó summa cum laude en Ciencias Políticas. Posteriormente, continuó su formación en Harvard Law School. Su paso por la Harvard Law Review como editor consolidó su capacidad para abordar temas complejos con claridad y precisión, un talento que lo acompañaría a lo largo de su carrera.
Aunque Shapiro comenzó su carrera escribiendo para diversas publicaciones conservadoras, fue su capacidad de sintetizar temas complicados de forma accesible lo que lo hizo destacar rápidamente. Su primer gran éxito fue la publicación de su libro “Brainwashed: How Universities Indoctrinate America’s Youth” (”Lavado de cerebro: cómo las universidades adoctrinan a la juventud estadounidense”) en 2004, cuando tenía solo 20 años. En esta obra, atacaba lo que él percibía como el sesgo liberal en las universidades estadounidenses, posicionándose como un crítico feroz del sistema educativo superior.
Con el tiempo, su presencia en los medios creció, especialmente en plataformas como X, donde sus publicaciones casi siempre se vuelven virales. En 2012, lanzó “The Ben Shapiro Show”, un podcast que se convirtió en uno de los más escuchados en su categoría y en 2015, The Daily Wire, un sitio web conservador de noticias y opiniones. Estos espacios le permitieron profundizar en temas políticos y sociales, siempre desde una óptica conservadora, defendiendo principios como la libertad de expresión, el rechazo a las políticas progresistas, y la importancia de la religión y la familia en la vida pública.
Además de su trabajo como periodista y podcaster, Shapiro es un prolífico autor. Publicó varios libros, entre ellos “The Right Side of History: How Reason and Moral Purpose Made the West Great” (”El lado derecho de la historia: cómo la razón y el propósito moral hicieron grande a Occidente”), donde analiza el declive de los valores tradicionales occidentales y la necesidad de recuperar el sentido de razón y moralidad que, según él, cimentaron la grandeza de las sociedades occidentales.
La habilidad de Shapiro para conectar con su audiencia es uno de los pilares de su creciente relevancia. Si bien su presencia en medios tradicionales como la televisión es significativa, su impacto real se forjó principalmente a través de las redes sociales. Con millones de seguidores en plataformas como X, Facebook y YouTube, Shapiro utiliza estos canales para difundir su mensaje, respondiendo de manera directa a los comentarios de sus seguidores, polemizando con sus detractores y participando en debates públicos.
Es conocido por su estilo confrontativo y polarizante en los debates públicos. Se enfrenta a figuras progresistas en discusiones sobre temas como derechos civiles, inmigración, cultura y género, utilizando su aguda lógica y rapidez para argumentar a favor de su visión. Si bien muchos lo consideran un defensor valiente de la libertad de expresión y un contrapeso necesario a la hegemonía progresista, otros lo critican por su enfoque agresivo y sus declaraciones incendiarias sobre temas sensibles.
El estilo de Shapiro ha generado tanto admiración como rechazo. Sus intervenciones en debates suelen convertirse en videos virales, donde su rapidez para desmontar a los oponentes le otorga seguidores fieles, pero también provoca una férrea oposición entre aquellos que consideran que su retórica puede ser divisiva y polarizante.
Su evolución desde un joven prodigio intelectual hasta convertirse en un líder de la derecha estadounidense evidencia el poder arrollador de las redes sociales.
Ron Paul es una figura única en la política de los Estados Unidos, una personalidad que ha influido profundamente en el pensamiento libertario y cuyas opiniones marcaron el rumbo del Partido Republicano. Su pensamiento puede definirse en tres pilares: un gobierno limitado, su crítica feroz al sistema monetario estadounidense y su postura firme frente a las intervenciones militares en el extranjero.
Ahora, se espera que forme parte del gobierno de Donal Trump secundando a Elon Musk en una de las misiones más difícil de la próxima administración republicana: achicar el Estado
Nacido en 1935, Paul comenzó su carrera profesional como médico. Se graduó en Gettysburg College y más tarde en la Universidad de Duke. Durante su juventud, sirvió como cirujano de vuelo en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos entre 1963 y 1968, período en el que vivió la Guerra de Vietnam. Tras su servicio, Paul se dedicó a la obstetricia y ginecología en los años 60 y 70, hasta que en 1976 se inclinó hacia la política y fue elegido para la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, por el distrito de Texas.
Desde el Congreso, se fue ganando la reputación de ser el “padre” del movimiento Tea Party, un sector del Partido Republicano que promueve una fuerte oposición al gasto público y a la expansión del gobierno.
Su visión de la política exterior se basa en la no intervención. En lugar de involucrarse en conflictos bélicos, ha abogado por una política de “comercio libre, paz y amistad honesta”, como lo expresó en su libro “A Foreign Policy of Freedom” (”Una política exterior de libertad”). Paul sostiene que el intervencionismo ha tenido consecuencias devastadoras, tanto para la economía de los EEUU como para la estabilidad global.
En el ámbito económico, su postura sobre la Reserva Federal siempre fue de un rechazo rotundo, pidiendo su auditoría y, en algunos momentos, su disolución. Esta postura le ha valido una base de seguidores leales que lo consideran un defensor de la verdadera libertad económica.
En sus libros y discursos, Paul afirma que “la creación de dinero de la nada” por parte del gobierno es una de las causas principales de la inflación y la inestabilidad económica. Su obra más destacada al respecto es “End the Fed” (”Eliminar la Fed) (2009), en la que expone sus argumentos sobre cómo la Reserva Federal pone en peligro la prosperidad de los ciudadanos.
Se postuló para la presidencia de los Estados Unidos en tres ocasiones: primero en 1988 como candidato del Partido Libertario, y luego en 2008 y 2012 como candidato del Partido Republicano. Aunque no logró obtener la presidencia, sus campañas fueron cruciales para dar visibilidad a su mensaje de gobierno limitado y responsabilidad fiscal.
Ahora se espera que secunde a Elon Musk en el nuevo Departamento de Eficiencia del Gobierno, tarea que Trump le encomendó al magnate tecnológico. La misión de este nuevo departamento es muy ambiciosa: reducir el presupuesto federal de Estados Unidos en al menos 2 billones de dólares.
Santiago Abascal, líder del partido español Vox, se convirtió en una de las figuras más influyentes de la derecha en España, con una creciente proyección internacional. Nacido en Bilbao en 1976, Abascal comenzó su carrera política en el conservador Partido Popular (PP), donde militó hasta 2013 cuando, debido a discrepancias con la dirección del PP, especialmente sobre el tratamiento del independentismo catalán y el terrorismo de ETA, fundó su propio partido.
Abascal logró transformar una agrupación marginal en una de las fuerzas más poderosas de la extrema derecha española. El partido alcanzó su primer gran éxito en las elecciones autonómicas de Andalucía en 2018, donde consiguió representación parlamentaria. Desde entonces, mantuvo un crecimiento sostenido, posicionándose como la tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados con 33 escaños en las elecciones de 2023.
Aunque aún está lejos de arrebatarle el liderazgo al PP, su influencia es incuestionable, especialmente en temas críticos de la agenda española, como la inmigración, la soberanía nacional y el cuestionamiento al avance del feminismo.
La ideología de Abascal y de Vox se caracteriza por un fuerte nacionalismo español, el rechazo a la autonomía regional, la defensa de la familia tradicional y una postura tajante contra la inmigración musulmana.
Si bien la base de apoyo de Vox no es tan amplia como la de otras formaciones políticas, la capacidad de movilizar a sus seguidores y generar un debate polarizado es su principal carta de presentación. Sus actos de campaña suelen convocar grandes multitudes y están impregnados de un fuerte mensaje patriótico.
A nivel nacional, Vox ha logrado influir en Gobiernos autonómicos en coalición con el PP, en comunidades como Comunidad Valenciana, Extremadura y Baleares. A pesar de su auge, su principal rival en el bloque centroderechista sigue siendo el PP, que mantiene una ventaja significativa en términos de representación y liderazgo.
El impacto de Abascal no se limita a España. A través de sus lazos con líderes de ultraderecha internacionales, ha logrado proyectarse como un actor relevante en la política global. Sus alianzas internacionales incluyen figuras como Donald Trump, Javier Milei, Viktor Orbán y Giorgia Meloni, con quienes comparte una visión común sobre el nacionalismo, la inmigración y el papel de los estados frente a las instituciones supranacionales.
A pesar de las críticas sobre su falta de éxito electoral comparable con algunos de sus aliados internacionales, como Trump o Milei, Abascal ha logrado posicionarse como un referente dentro de la ultraderecha europea.
Ricardo Salinas Pliego es uno de los empresarios más influyentes de México, considerado la tercera persona más rica del país, con una fortuna estimada en 13.400 millones de dólares, según Forbes.
A lo largo de su carrera, ha sido una figura clave en el ámbito de los medios de comunicación y las telecomunicaciones, reconocido por su liderazgo en TV Azteca, uno de los conglomerados televisivos más grandes del país. Además, preside Grupo Elektra, una de las mayores cadenas de retail en América Latina, lo que le permitió consolidarse como un personaje de gran peso en la economía mexicana.
Salinas Pliego se distingue por sus posturas políticas, que se alejan del espectro tradicional de la política mexicana. Abiertamente defensor del capitalismo, es crítico de las políticas socialistas que, según él, obstaculizan el progreso y la libertad económica. En su cuenta de X, su biografía resume la base de su pensamiento: “El Estado no es la solución, es el problema. No se dejen amedrentar por los parásitos del Estado, lo único que quieren es perpetuarse en el poder”.
A pesar de su poder y riqueza, Salinas Pliego dejó en claro que no busca la presidencia de México. Sin embargo, recientemente, el magnate compartió sus 10 puntos clave sobre lo que él cree que debe mejorar en el país:
- Seguridad: un país más seguro para los ciudadanos.
- Uso eficiente del dinero público: que el dinero de los mexicanos sea bien invertido.
- Fomento a la innovación y la competencia: un entorno que impulse la creatividad y la competencia libre en los mercados.
- Libre mercado: promover un sistema económico sin restricciones innecesarias.
- Prosperidad en lugar de paternalismo: buscar el bienestar económico sin caer en el asistencialismo.
- Lucha contra el crimen organizado: un enfrentamiento más efectivo con el crimen.
- Educación para el emprendimiento: un sistema educativo que motive a los jóvenes a aspirar a ser empresarios, no empleados de bajo nivel.
- Fortalecimiento de la familia: considera a la familia como la unidad básica de la sociedad.
- Premio al esfuerzo: valoración y recompensa al trabajo arduo, no a la holgazanería.
Salinas Pliego promueve lo que él describe como un modelo de prosperidad individual y autonomía económica, basado en la libertad de mercado y la reducción de la intervención estatal.
Conocido referente de la derecha en América Latina, Jair Bolsonaro vuelve al escenario de la CPAC, esta vez a través de un video. Durante su mandato, el brasileño impulsó reformas económicas liberales y abrió un frente directo contra el socialismo y el comunismo en la región.
Aliado natural del trumpismo y amigo del presidente argentino Javier Milei, enfrenta graves acusaciones de golpismo en Brasil. Este miércoles hablará ante el auditorio del Hilton en uno de los momentos más complicados de su carrera política, mientras es investigado por su posible participación en un intento de golpe de Estado tras la elección de Luiz Inácio Lula da Silva en 2022.
Las autoridades brasileñas presentaron pruebas que sugieren que Bolsonaro habría planificado, ejecutado y controlado de manera directa los actos de un grupo golpista que buscaba derrocar al nuevo gobierno y alterar el Estado democrático de derecho. Los documentos encontrados en las investigaciones incluyen un decreto de emergencia que Bolsonaro habría preparado para declarar la nulidad de las elecciones y convocar a nuevas elecciones bajo su control.
El informe también menciona pruebas documentales que sugieren que altos mandos militares, funcionarios de su gobierno y hasta ex asesores cercanos al expresidente habrían sido partícipes activos en la preparación de este golpe.
En varias intervenciones públicas y a través de sus redes sociales, el ex presidente ha afirmado que se trata de una persecución política orquestada por sus rivales y por quienes, según él, buscan desacreditar su figura. Bolsonaro insiste en que no tuvo ningún tipo de participación en los hechos del 8 de enero y que no fue consciente de los planes golpistas que algunos sectores extremistas de su base de apoyo habrían intentado llevar a cabo.
Hijo del expresidente de Brasil, el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro es uno de los rostros más visibles de la derecha de su país y un firme defensor de las ideas conservadoras.
Nacido en 1984, es el tercer hijo del ex mandatario y, al igual que su padre, adoptó una ideología de fuerte oposición a los gobiernos de izquierda en América Latina. Desde su ingreso en la Cámara de Diputados de Brasil en 2015, desempeñó un papel clave en la política nacional. Su enfoque en temas de soberanía nacionall y defensa del “orden” lo han colocado en el centro del debate político del país.
En particular, su defensa de la familia tradicional, entendida como una unidad compuesta por un hombre y una mujer, lo ha llevado a oponerse a los derechos de las personas LGBTQ+. En esa línea, también expresó su rechazo a las uniones entre personas del mismo sexo, alineándose con los sectores más conservadores de Brasil y de la región.
Además, a lo largo de su carrera, impulsó la reducción de la mayoría de edad penal, lo que lo ha situado en el centro del debate sobre la seguridad en Brasil.
De visita en Buenos aires, en mayo pasado, habló ante diputados argentinos de lo que él considera una “batalla cultural” que se libra en América Latina, en la que la derecha se enfrenta contra los movimientos sociales y los gobiernos de izquierda. Para él, la “guerra para saber quién defiende la libertad” ha sido ganada por las fuerzas conservadoras.
Al igual que su padre, la Justicia brasileña lo investiga por su participación en el intento de golpe de Estado de 2022. Acusaciones que rechaza categóricamente y cuyos fundamente achaca a la persecución de lo que él llama “régimen” de gobierno. “Brasil vive bajo una dictadura”, sostiene el diputado.
Conocido en sus inicios como un galán de telenovelas, Eduardo Verástegui dio un giro radical a su carrera, transformándose de actor y productor a referente de la derecha ultraconservadora en México. Si bien su nombre estuvo asociado a personajes románticos en la pantalla, hoy en día su voz se escucha con fuerza en los círculos políticos más radicales de la región, defendiendo causas como la familia tradicional, la moral católica, y la lucha contra el aborto.
Verástegui comenzó su carrera en el mundo del entretenimiento en los años 90, alcanzando fama en la exitosa telenovela mexicana Soñadoras, donde interpretaba a uno de los galanes más codiciados de la televisión. Sin embargo, más allá de su éxito como artista, Verástegui fue también productor y empresario, y fue en estos últimos roles que empezó a mostrar un interés por cuestiones políticas.
En 2024, el actor intentó lanzarse como candidato independiente por el partido Viva México, pero el Instituto Nacional Electoral vetó su candidatura por no cumplir con los requisitos necesarios de apoyo popular. Ante este revés, Verástegui no se dio por vencido y anunció la creación de un nuevo partido político para 2025.
Este nuevo partido, al que Verástegui ha llamado la “verdadera derecha” de México, se presenta como una alternativa a lo que él considera una falta de representación de los intereses conservadores en el país. “No tenemos en México un partido conservador de derecha real. Es por eso que hemos decidido que en 2025 comenzaremos a construir un nuevo partido político que nos represente”, afirmó.
Su discurso propone una restauración de los valores tradicionales y defiende a la familia como el pilar fundamental de la sociedad.
Vajk Farkas es una figura prominente del conservadurismo europeo, conocido por su trabajo en el Centro de Derechos Fundamentales en Madrid y su liderazgo dentro de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Hungría. Con una carrera política vinculada al primer ministro húngaro Viktor Orbán, Farkas es una de las voces más firmes en la defensa de los valores tradicionales europeos, el nacionalismo patriótico y la lucha contra lo que él considera una creciente agenda “globalista” y “woke” (la actitud alerta ante el racismo y ante cualquier otro factor de desigualdad social).
A lo largo de su carrera, ha promovido la idea de que las naciones deben anteponer sus intereses nacionales por encima de cualquier agenda internacional que perciba como una amenaza a su identidad y valores. Farkas argumenta que lo que se juega en la política mundial actual no es solo una disputa económica, sino una batalla de visiones.
Farkas se presenta como un defensor implacable de un conservadurismo globalista y lucha por la restauración de lo que él considera los valores esenciales de las sociedades occidentales: Dios, patria y familia. En su visión, el futuro del mundo dependerá de la unión de líderes patriotas que resistan el avance de ideologías progresistas y globalistas.
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, es un hombre con una trayectoria que combina los negocios, la política y una marcada influencia religiosa.
Nacido en Lima el 11 de febrero de 1961, López Aliaga proviene de una familia de ingenieros. Estudió ingeniería industrial en la Universidad de Piura y posee un MBA en la Universidad del Pacífico. Su carrera empresarial despegó al tomar las riendas de varios negocios en el sector hotelero y ferroviario. Fue propietario de la cadena de hoteles Belmond y director de Perú Rail, empresa que opera trenes turísticos entre Cusco y Machu Picchu. Su conglomerado de empresas, que incluye también hidroeléctricas y colegios sin fines de lucro, le ha permitido acumular una fortuna superior a los mil millones de dólares.
López Aliaga no es nuevo en la política peruana. Fue regidor de Lima entre 2007 y 2010 y en 2021 se postuló a la presidencia de la República, quedando en el tercer lugar con el 11,75% de los votos. Su carrera presidencial no alcanzó el balotaje, pero sus posturas ultraconservadoras encontraron un nicho importante, sobre todo entre los sectores más religiosos y de derecha del país. En 2022 ganó la alcaldía de Lima con una campaña de fuerte crítica al gobierno de Pedro Castillo y a la corrupción, sumado a su imagen de empresario exitoso.
Aliaga es conocido por su postura ultraconservadora en temas sociales: defiende de manera enfática la oposición al matrimonio igualitario, la adopción homoparental y el uso de anticonceptivos, y en materia de educación, rechaza la educación sexual en las escuelas. Es miembro del Opus Dei, y reveló en varias ocasiones que practica el celibato y la autoflagelación diaria.
Branko Marinkovic es un empresario y político boliviano conocido por su oposición al gobierno de Evo Morales y su liderazgo en la defensa de la autonomía de Santa Cruz, uno de los departamentos más prósperos del país. Exiliado en Brasil desde 2009, Marinkovic ha mantenido un perfil político activo, muy crítico del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, y este año anunció su precandidatura presidencial para las elecciones de 2025.
Nacido en Santa Cruz de la Sierra, Marinkovic se formó como ingeniero electromecánico. Su carrera empresarial le permitió ascender a posiciones influyentes, pero fue su implicación en el Comité Cívico Pro Santa Cruz lo que lo catapultó al ámbito político. Este comité, reconocido por su defensa de los intereses regionales y la autonomía departamental, jugó un papel crucial en la oposición a las políticas centralistas de Evo Morales.
En 2009, fue acusado de liderar una conspiración para promover la independencia de Santa Cruz, lo que lo llevó a enfrentarse a cargos de sedición y terrorismo. Estas acusaciones forzaron su exilio en Brasil, donde vive en la actualidad.
Marinkovic es un firme crítico del socialismo que, según él, solo trajo corrupción y ha alejado a Bolivia de los principios de “fe” y “decencia”. En su visión, la política debe enfocarse en la libertad individual, el respeto a la propiedad privada y la defensa de los valores cristianos.
Uno de sus ejes principales ha sido la liberación de los presos políticos, una promesa que, según él, se convertirá en una de sus primeras medidas si llega a la presidencia de Bolivia.
En cuanto a su visión económica, Marinkovic es proempresarial. Durante su gestión como ministro de Economía y Finanzas en el gobierno de Jeanine Áñez (presidenta interina tras la renuncia de Morales en 2019), defendió políticas orientadas a la liberación económica y el fomento de la inversión privada. Rechazó las políticas económicas socialistas y subrayó la necesidad de crear un entorno más favorable para los emprendedores y la clase media.
Amigo de figuras clave la derecha política de América Latina, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el presidente argentino Javier Milei, Marinkovic se ubica cada vez más cómodo dentro del bloque de opositores a las políticas progresistas de la región.
Fuente: Infobae.com