
En 1986, una balada melancólica se convirtió en la banda sonora del romance entre dos figuras clave de Top Gun: Tom Cruise y Kelly McGillis.
“Take My Breath Away” sonaba mientras sus personajes se enamoraban y así su sensual melodía se grabó en la memoria colectiva del cine mundial.
Sin exageraciones, este track fue uno de los elementos que impulsó a la película en la taquilla luego de un inicio tibio en recaudación, encabezó listas en más de 15 países, y ganó el Óscar a Mejor Canción Original.
Sin embargo, detrás de su éxito hay una historia poco conocida de tensiones creativas, decisiones accidentales, conflictos internos y una cantante cuya vida pudo haber tomado un rumbo muy distinto: Terri Nunn.
Antes de prestarle su voz a una de las canciones más reproducidas de la historia del cine, Terri Nunn soñaba con ser actriz.
Su destino estaba vinculado a Hollywood desde la cuna. Nació en Los Ángeles en 1959 y su padre era un exactor infantil. No obstante, cuando los problemas lo agobiaron años después, él cometió suicidio. Terri era una adolescente en ese entonces.
Desesperada y con ganas de ayudar a su madre, comenzó a audicionar para varios proyectos de la época. Uno de esos trabajos que estuvo a punto de conseguir fue el de la princesa Leia en la primera película de Star Wars.
“Harrison Ford tenía más de 30, pero parecía de 19 o 20. Nos sentamos en sillas plegables para decir nuestras líneas”, recordó en The Guardian.
Ella tenía 15 años cuando hizo la prueba frente a George Lucas, pero el cineasta eligió a Carrie Fisher entre todas sus candidatas.
A pesar de ello, el director tuvo la gentileza de enviarle una carta de agradecimiento y, quizá intuyendo su futura grandeza, le presentó a Steven Spielberg.
Luego, le ofrecieron el papel de Lucy Ewing en Dallas, pero Nunn rechazó firmar el contrato de siete años porque su verdadera pasión era la música. “Mi madre me dijo que siguiera mi corazón, y eso hice. Mi agente estaba tan molesto que me dejó”, contó.
Un año después, Nunn conoció a John Crawford y se unió a la banda Berlín. Con un estilo electrónico influenciado por Kraftwerk y Ultravox, comenzaron a abrirse paso en una escena dominada por el rock de estadios.
“La gente se reía de nosotros al principio”, admitió. El nombre Berlín fue un intento de hacerlos parecer europeos, más cercanos al sonido que admiraban.
Ya en los 80´s, Giorgio Moroder —legendario productor italiano detrás de I Feel Love de Donna Summer y Flashdance… What a Feeling de Irene Cara— trabajaba en Los Ángeles cuando el productor de Top Gun, Jerry Bruckheimer, le pidió que compusiera una canción para la película.
Así nació primero Danger Zone, que terminó interpretando Kenny Loggins, y luego Take My Breath Away, la pieza que acompañaría las escenas románticas entre Pete y Charlotte.
El instrumental de la balada era perfecto, nostálgico, sensual. Lo único que faltaba era la letra. Ahí entró en escena un hombre llamado Tom Whitlock, quien se había acercado al estudio para reparar el Ferrari del compositor.
“Tenía problemas con los frenos. Vino este tipo y dijo que era mecánico. Luego de arreglar el auto, me dijo: ‘Por cierto, también soy letrista. Si necesitas letras alguna vez…”, contó Moroder a The Guardian.
Sin nada qué perder y motivado por el entusiasmo del hombre, el productor le dio los demos de Danger Zone y Take My Breath Away.
“La letra la escribí manejando de regreso del estudio”, relató Whitlock en una entrevista con Kickin’ It Old School (2014). Esa misma noche, la terminó en su casa.
Cuando el equipo de Top Gun escuchó la primera versión de la canción completa, decidieron agregar una nueva secuencia romántica en la película.
Ya habían finalizado el rodaje, pero el impacto del tema fue tal que Tony Scott volvió a convocar a Tom Cruise y Kelly McGillis. “Las escenas están iluminadas de forma diferente, con cortinas ondeando para disimular que los actores ya no lucían exactamente igual”, explicó Whitlock.
Antes de llegar a Terri Nunn, Moroder intentó la canción con otros artistas, incluida Martha Davis de The Motels. Pero los productores no quedaron convencidos. Columbia Records tenía otra cantante en mente, pero ella quería cambiar la melodía y escribir una nueva letra. “No la volvimos a llamar”, recordó Whitlock.
Moroder pensó entonces en Nunn y Berlín, con quienes ya había trabajado en 1984 para el tema No More Words. Aunque la banda no era aún un fenómeno global, Moroder convenció a los ejecutivos: “Oh, serán enormes”, les aseguró.
Nunn recuerda haber trabajado la canción muy contrariada y frustrada en el estudio.
“Grabé la voz y me fui a casa llorando. Le dije a mi madre: ‘Está arruinada. No irá a ninguna parte. Era buena, pero él insistió en hacerlo a su manera’”, reveló a The Telegraph en 2022.
El productor insistía en mantener la estructura simple, a diferencia de lo que proponía Terri.
“Intenté añadir melodías al coro, pero él decía: ‘No, Terri, la gente quiere cantar. No recordarán ‘aah-aah-aah’. Solo di ‘take my breath away’ y corta’”.
Además de esas discusiones, había mucha tristeza en el corazón de la vocalista, lo que se impregnó en su interpretación y le dio un toque particular.
“Estaba sola. Llevaba cuatro años sin tener una relación, tan ocupada con la banda que no tenía vida social. No podía fingir que estaba feliz. No lo estaba”, confesó a The Guardian.
Asimismo, dentro del grupo Berlín, no todos estaban de acuerdo con grabar la canción. John Crawford, bajista y cofundador, se oponía.
“No quería hacerlo”, dijo Nunn. “Era aterrador dirigir esta banda, escribir canciones que nos mantuvieran con vida y, de pronto, llega este productor asombroso. John pensaba: ‘Estoy fracasando. No puedo hacer lo que este tipo hace. Él produce éxitos como si nada. Ya no es Berlín, es Giorgio Moroder’”.
Cuando Take My Breath Away se convirtió en un éxito mundial, alcanzando el primer puesto del Billboard Hot 100 en septiembre de 1986, Berlín experimentó una fama abrumadora. Pero también trajo consecuencias dolorosas.
La banda no asistió a los Premios Oscar, donde ganaron la estatuilla por Mejor Canción Original. Nunn sabe que fue un error no participar de la gala. Una oportunidad perdida.
Al año siguiente, tras el lanzamiento del álbum Count Three and Pray, Berlín se disolvió.
Para muchos, Take My Breath Away fue el detonante.
“El éxito no cambia a las personas, las intensifica. Si hay bondad, habrá más bondad. Si hay problemas, se agravan. La canción intensificó lo que ya pasaba en la banda. Estábamos cansados. Nos fuimos unos contra otros”, reflexionó Nunn en The Telegraph.
Quizá el problema que flotaba era esta idea de que la canción más exitosa del grupo no había sido escrita por ellos. “Tuvimos un hit que John no escribió. Eso lo hizo todo más difícil”.
A casi cuatro décadas de su lanzamiento, “Take My Breath Away” sigue siendo un ícono del cine y de la música pop. En 2022, con el estreno de Top Gun: Maverick, el tema volvió a sonar y conquistar a nuevas generaciones.
Terri Nunn aún canta la canción en sus giras, y reconoce su impacto: “Cambió mi vida económicamente. La canción sigue licenciándose todo el tiempo, y siempre quieren la versión original. Eso significa que tienen que hablar con mi equipo. Es un regalo increíble”, declaró a The Telegraph.
Pese a que nunca conoció a Tom Cruise, Nunn tuvo un encuentro especial con Kelly McGillis en un evento en Italia. “Corrió hacia mí, me abrazó y se puso a llorar. Fue maravilloso. Lloraba por la canción. También debió significar mucho para ella”.
Fuente: Inboae.com