¿Qué pasó?
El secreto, el misterio y la tradición de siglos de historia son los componentes principales del cónclave papal, ceremonia de elección en la que la Iglesia Católica define a sus líderes. Se trata de un ritual de 900 años de antigüedad, en el que participan únicamente cardenales, cuyos votos son secretos.
Tras la muerte del Papa Francisco, se espera que en los primeros días de mayo los 138 cardenales con derecho a voto, es decir, menores de 80 años, se encierren en la Capilla Sixtina para elegir al próximo sumo pontífice.
Raimundo Meneghello, historiador de la Universidad Finis Terrae, explicó a Meganoticias: «Lo más probable, y así se hizo en el 2013, es que se hizo un barrido electrónico en la Capilla Sixtina para asegurarse de que no hubiera micrófonos ni cámaras. Los cardenales tuvieron que dejar el celular en la entrada, pero además establecieron bloqueadores de wifi para quedar totalmente aislados del mundo».
Es que se trata de una elección secreta y llena de simbolismos que se remontan a la Edad Media. Las puertas cerradas, las frases en latín, el voto escrito a mano y enhebrado con hilo y aguja para el conteo son algunos de esos elementos.
Al respecto, el sacerdote y teólogo Pablo Arteaga detalló: «Se van a reunir en la basílica de San Pedro, van a realizar una misa por la mañana y por la tarde entran a la Capilla Sixtina. El encargado de la liturgia va a decir ‘extra omines’, es decir, ahora se aíslan para la oración y para invocar el espíritu santo y comienzan las votaciones esa misma tarde«.
El sucesor del Papa Francisco debe reunir dos tercios de los votos, es decir, 92 cardenales deberán escribir su nombre en la papeleta… Claro que no siempre existe consenso entre las distintas corrientes de la Iglesia Católica. Para evitar el contacto con el exterior, los 138 cardenales se hospedarán en la Casa de Santa Marta, mientras que las votaciones se harán hasta cuatro veces en el día, dos en la mañana y dos en la tarde. El humo blanco será la única señal del Colegio Cardenalicio para indicar al mundo que existe un nuevo líder de la Iglesia Católica.