
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, respaldó este domingo los ataques aéreos lanzados por Washington contra instalaciones nucleares en Irán, al afirmar que la operación contribuyó a hacer del mundo “un lugar más seguro y estable”. En una entrevista con la cadena Fox News, Rubio sostuvo que la acción fue una respuesta necesaria frente a lo que calificó como “negociaciones falsas” por parte del régimen iraní.
“Creo que el mundo de hoy es más seguro y más estable que hace 24 horas”, aseguró el funcionario, quien también actúa como asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump. “Irán corre un enorme riesgo si insiste en mantener un programa nuclear secreto”, agregó, al referirse al supuesto desarrollo clandestino de capacidades atómicas por parte de Teherán.
Rubio justificó los bombardeos realizados el sábado por la noche como una medida proporcional para neutralizar una amenaza inminente. La ofensiva, que incluyó ataques sobre las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán, se produjo días después de que fracasaran nuevos intentos de diálogo indirecto entre ambos países. Según el secretario de Estado, Irán usó esas conversaciones para ganar tiempo y avanzar en su programa nuclear. “Intentaron jugar con el presidente Trump”, afirmó.
En un mensaje directo al liderazgo iraní, Rubio advirtió que cualquier represalia por parte de Teherán “sería el peor error que hayan cometido jamás”. No obstante, aclaró que la vía diplomática sigue abierta y que Estados Unidos no busca un cambio de régimen en Irán. “Nuestro objetivo no es derrocar al gobierno iraní, sino frenar su capacidad de desarrollar armas nucleares”, puntualizó.
Las declaraciones de Rubio coinciden con las del vicepresidente JD Vance, quien también elogió la operación militar y destacó su impacto sobre el programa atómico de Irán. “Hemos devastado el programa nuclear iraní”, afirmó en entrevistas con NBC y ABC News, al tiempo que aseguró que Estados Unidos “ha retrasado ese desarrollo por años, o incluso más”.
Vance detalló que la orden de ataque fue dada por Trump apenas “minutos antes” de que comenzara la ofensiva, tras haber pasado el día en su club de golf en Nueva Jersey. El presidente supervisó la operación desde la sala de crisis de la Casa Blanca, en lo que el Pentágono denominó operación Midnight Hammer, ejecutada con 125 aeronaves, entre ellas siete bombarderos B-2, aviones de reabastecimiento, cazas y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos.
“La operación no apuntó contra el pueblo iraní ni contra sus fuerzas armadas”, insistió Vance. “No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con su programa nuclear”, agregó, marcando la línea estratégica del gobierno: presión militar directa sobre las capacidades atómicas, sin una guerra declarada entre Estados.
Por su parte, el régimen iraní acusó a Estados Unidos e Israel de haber dinamitado las vías diplomáticas. El canciller Abás Araqchi afirmó que Washington replicó el patrón de Tel Aviv, al lanzar su ofensiva apenas dos días después de que él mantuviera contactos con ministros europeos en Ginebra.
Teherán prometió una respuesta “contundente” y su Parlamento recomendó el cierre del estrecho de Ormuz, una medida que podría tener consecuencias directas sobre el comercio global de petróleo. La decisión final dependerá del líder supremo, Alí Khamenei.
En Washington, sin embargo, el mensaje es claro: la presión continuará si Irán no cambia de rumbo. Y, según Rubio, “la oferta diplomática sigue sobre la mesa, pero no vamos a dejar que engañen a este presidente otra vez”.
Fuente: Inboae.com