Mariska Hargitay es una de las figuras más reconocidas de la televisión estadounidense gracias a su emblemático papel como Olivia Benson en la serie La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales (UVE), rol que interpreta desde hace más de dos décadas. Su interpretación de una detective empática y comprometida con la justicia la convirtió en una referente cultural, especialmente entre sobrevivientes de abuso.
En una reciente entrevista para el podcast Call Her Daddy, conducido por Alexandra Cooper, la actriz reveló aspectos íntimos de su historia, en paralelo con el lanzamiento del tráiler de su nuevo documental My mom Jayne y su próxima presentación en el Festival de Tribeca.
Durante la conversación, Hargitay abordó temas como la muerte de su madre en la infancia, el descubrimiento de su verdadero padre biológico, su experiencia como sobreviviente de abuso sexual y el impacto emocional de estas vivencias en su trayectoria personal y profesional. “Estuve preparándome para este proyecto toda mi vida”, adelantó.

La producción, gestada desde hace dos años durante la pandemia, simboliza para la actriz la culminación de un largo camino de introspección y valentía. “Sentí que me estaba preparando para este momento durante toda mi vida”, afirmó.
Además, la motivación detrás del documental es intentar predicar con el ejemplo. Con respecto a esto, comentó: “En la televisión, interpreto a Olivia Benson y pido a las personas que cuenten sus historias. Quise hacer lo que predico y contar la mía».
Para Hargitay, la autenticidad y la apertura son esenciales para conectar con otros y generar empatía. “Contar nuestra historia y ser vulnerables es lo que nos hace más auténticos”, sostuvo.
Uno de los ejes centrales de la conversación fue su infancia, marcada por la muerte de su mamá, la actriz Jayne Mansfield, cuando tenía apenas 3 años. Hargitay describió esa etapa como una “excavación arqueológica” y un “viaje accidentado” lleno de emociones contradictorias. “Perder a mi madre fue como tener un agujero en el corazón”, confesó.
Sus recuerdos maternos son fragmentarios y a menudo se confunden con fotografías. “Fue una vida de intentar reconstruir la conexión con ella”, remarcó. Y además agregó: “Cuando tu madre muere siendo tan joven, es difícil recordar algo y mucho menos expresarlo”.
Un momento especialmente simbólico fue cuando recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, junto a la de su mamá. “Ver nuestras dos estrellas juntas fue uno de los momentos más conectados y emocionales que he tenido con ella”, recordó.
El documental incluye una revelación determinante en la vida de Hargitay: el descubrimiento, a los 25 años, de que Mickey Hargitay, el hombre que la crió, no era su padre biológico. Según narró en Call Her Daddy, durante una visita a la casa de un admirador de Mansfield, le mostraron una fotografía de un hombre llamado Nelson. “En ese instante, lo supe. Fue como un diálogo de ADN”, relató.
La noticia tuvo un fuerte impacto emocional. Sobre esto, profundizó: “Pensé que mi vida había terminado. Mi identidad se rompió en mil pedazos”. Además expresó el desconcierto que vivió al perder su único punto de referencia familiar. “La identidad fue como mil balas de verdad dura”, apuntó.
A pesar de ello, decidió no hablar del tema con su padre adoptivo. “Vi su dolor y pensé: no importa lo que yo sienta, lo amo”, confesó. Hargitay compartió que esa experiencia le permitió entender que el valor de su entorno: “La familia que eliges puede ser tan importante como la de sangre”.
Entre diferentes aspectos, habló abiertamente de su experiencia como sobreviviente de abuso sexual, que eligió compartir solo cuando se sintió preparada. “No debes contarle a nadie tu historia hasta que estés listo”, afirmó.
El proceso de sanación fue largo y complejo, según manifestó. En su investigación para interpretar a Olivia Benson, profundizó en la neurobiología del trauma. Debido a ello, resaltó: “La neurobiología del trauma explica por qué muchas personas se congelan y no pueden reaccionar”.
Canalizó su experiencia a través del activismo, creando una organización dedicada a víctimas de violencia sexual y doméstica. “Mi misión es quitar la vergüenza a los sobrevivientes y ponerla donde pertenece, en los abusadores”, declaró, sobre la importancia de crear espacios seguros y liberadores.
El vínculo entre su historia personal y su personaje en La ley y el orden: UVE es notorio. “Compasión, empatía, sentir el miedo y hacerlo de todos modos”, resumió Hargitay sobre las similitudes. Según lo charlado en Call Her Daddy, muchos fans le comparten confidencias que ven en ella una figura de confianza.
Reconoció que en los inicios, su carrera no fue inmediata. Alcanzó estabilidad laboral a los 30 años, luego de superar periodos de dudas. Una anécdota destacada fue su encuentro con un psíquico en Long Island, quien le anticipó que sería conocida por su “rostro serio” y que viviría en Nueva York, lo que coincidió con su incorporación a “La ley y el orden: UVE”.
Al leer el guion de la serie, sintió una conexión inmediata. “Nunca había amado tanto algo. Este es mi programa”, recordó. Su relación con Chris Meloni, coprotagonista, es cercana. Sobres esto último, admitió: “Nos conocemos desde hace 27 años, nos respetamos y confiamos plenamente el uno en el otro”.
Considerando el impacto de la exitosa serie en el público fue profundo, afirmó convencida: “Es un privilegio y un honor que la gente confíe en mí para contarme sus historias”.
Al final de la entrevista, profundizó sobre su visión del éxito. “Paz, espacio, equilibrio. Me siento en paz y presente de una manera nueva”, expresó. Considera que su mayor logro es su familia y haber alcanzado una integración personal que le permite vivir con gratitud.
Su mensaje para quienes atraviesan procesos de sanación es directo: “Sé paciente y sé amable contigo mismo. Ya tienes todo lo que necesitas dentro de ti”. Hargitay insistió en la importancia de escuchar las propias necesidades y confiar en la capacidad de sanar desde su retrato íntimo.
Fuente: Infobae.com