Así como en Chile se registró la sustracción de un bebé por parte de una mujer que accedió al Hospital de Temuco, siendo detenida a las pocas horas tras un intenso seguimiento, en Brasil ocurrió un hecho muy similar.
En este caso, la acusada corresponde a una profesional de la salud identificada como Claudia Soares Alves. Si bien se desempeña como neuróloga, la policía la acusó de hacerse pasar por pediatra para ingresar a una clínica en Uberlândia (sureste del país carioca) y raptar a una lactante que apenas tenía tres horas de vida.
El delito sucedió la noche del martes 23 de julio y, afortunadamente, la recuperación de la pequeña fue al día siguiente. La sospechosa la tenía en su hogar, ubicado a 133 kilómetros de distancia del recinto médico desde donde la tomó. Cuando la policía allanó su domicilio, encontró evidencia que contradice la particular versión que entregó su abogado.
Familia de la bebé sustraída activó las alarmas
Los investigadores tomaron la declaración de la familia afectada, descubriendo que tuvieron contacto con la falsa pediatra. Tras el parto de la menor, la presunta responsable «entró a la habitación, tocó los senos de mi esposa para saber si tenía leche y dijo que traería a la niña para alimentarla. Minutos después, vi que no regresaba y nos dimos cuenta de que se la habían llevado», contó el padre, Édson Ferreira.
Los pasos de la neuróloga quedaron grabados por cámaras de seguridad en la clínica y en sus exteriores. Mientras los padres esperaban por su hija, Soares Alves había ido a la sala de maternidad para agarrarla y taparla con una manta. Luego, cerca de las 23:55 horas del martes, caminó hacia su auto con la menor en sus brazos y huyó del lugar.
Las cámaras lograron captar el color y modelo de su automóvil, así que fue fácil identificarlo cuando fue captado en un peaje en dirección a Itumbiara, la localidad en donde queda la vivienda de la mujer.
La evidencia que contradice la versión de la defensa
El abogado de la neuróloga —que además ejerce la docencia de dos asignaturas en la Universidad de Uberlândia, que hoy está analizando su despido— realizó una particular defensa de su representada.
Según Vladimir Rozende, Claudia padece un trastorno bipolar y que atravesaba una crisis psicótica cuando efectuó el rapto, viéndose imposibilitada de reflexionar lo que estaba haciendo. Por si fuera poco, afirmó que había cambiado su medicación por un supuesto embarazo, señala TN.
No obstante, el argumento podría quedar desestimado por el tipo de evidencia que se encontró en la casa y en el auto de la mujer: había ropa de bebé, pañales, bolsos y hasta una bañera para recién nacidos; por lo tanto, el secuestro había sido planificado y no fue producto de un episodio psicótico.
Este jueves 25, la justicia brasileña dictaminó que Claudia Soares Alves permaneciera detenida en la Unidad Penitenciaria Regional de Mujeres de Orizona, en el estado de Goiás. Por su parte, durante la tarde del mismo día, la familia se reencontró con su bebé, la que no presentaba signos de maltrato.