
El avance de la inteligencia artificial ha redefinido el rumbo de Nvidia Corporation, que dejó de ser vista únicamente como una empresa de chips para convertirse en uno de los actores más influyentes en la transformación del sector automotriz y la robótica industrial.
Ahora, la empresa amplía sus horizontes mediante el desarrollo de plataformas para vehículos autónomos y sistemas robóticos. En ese sentido, apuesta por un mercado que su CEO Jensen Huang califica como una oportunidad de crecimiento “multibillonaria”.
Durante los últimos años, Nvidia ha firmado alianzas estratégicas con fabricantes automotrices de alta relevancia, tales como General Motors, Mercedes-Benz, Volvo, BYD, Hyundai, Toyota, Rivian, Nio, Lucid Motors y Xiaomi. Estas colaboraciones han consolidado a la empresa como socio tecnológico clave durante la escasez mundial de semiconductores que afectó a la industria en la pandemia.
Su plataforma Nvidia Drive AGX ha llevado a la compañía a erigirse en participante central de una nueva generación de automóviles conectados, capaces de integrar sofisticados sistemas de inteligencia artificial para la conducción autónoma y semiautónoma.
El propio Jensen Huang sostiene que el futuro de la movilidad y la manufactura pertenece a la autonomía, apoyada en redes de fábricas y vehículos comandados por software inteligente.
Huang anticipa que, en pocos años, las firmas automotrices deberán convertirse en desarrolladoras de inteligencia artificial capaz de controlar y gestionar todos los sistemas de sus vehículos, de manera similar a cómo otros dispositivos inteligentes ya realizan tareas cotidianas de forma autónoma. Según su visión, “el mundo estará poblado de fábricas de IA”, y el liderazgo tecnológico de Nvidia buscará alimentar esa transición.
La apuesta de Nvidia no solo se reduce a la automoción. El desarrollo de robots dotados de inteligencia artificial, para operar en entornos industriales limitados, representa una de las grandes ambiciones de la compañía. Huang estima que la maduración de estos sistemas podría concretarse en torno a cinco años, ya que pueden programarse para operar en espacios controlados, lo cual agiliza la evolución del software respecto a los automóviles, que enfrentan mayores retos técnicos y legales.
“Llegará el día en que haya millones de robots, cientos de millones de vehículos autónomos y cientos de miles de fábricas robóticas que puedan funcionar con tecnología Nvidia”, explicó.
No obstante, dentro de la misma empresa existen puntos de vista matizados sobre el ritmo de avance hacia el coche completamente autónomo. Ali Kani, director general de la división de automóviles, advirtió que el auto 100% autónomo no llegará en esta década y que será un hito posible recién en la próxima, debido a la complejidad técnica implicada.
El auge de la inteligencia artificial impulsa a Nvidia a crear productos que combinan hardware altamente especializado, software avanzado, servicios en la nube y tecnología de red para potenciar los aceleradores de IA. La compañía no se limita a fabricar chips; su objetivo es ofrecer soluciones integrales como infraestructura de inteligencia artificial al servicio de automóviles, robots y fábricas inteligentes.
Este enfoque ha potenciado el valor de Nvidia en el mercado bursátil, con una capitalización que recientemente alcanzó los 3,75 billones de dólares, llegando a posicionarse momentáneamente por encima de gigantes tecnológicos como Microsoft.
Para entrenar y gestionar el software indispensable en automóviles autónomos y robots, Nvidia desarrolla chips de inteligencia artificial de última generación, necesarios no solo en el proceso de aprendizaje, sino también en la operación diaria de los sistemas inteligentes a bordo de los vehículos y en plantas de producción automatizadas. En paralelo, la oferta de servicios complementarios en la nube y la red refuerza la posición de Nvidia como protagonista en la infraestructura fundamental para la economía digital y la robótica avanzada.
Fuente: Infobae.com