Ola de calor sofocante en Nueva York: estas son las fechas clave en que bajarán las temperaturas

La ola de calor que azota al oeste y centro del estado de Nueva York alcanzó su punto más crítico este lunes 23 de junio, con temperaturas que, combinadas con altos niveles de humedad, generan índices de calor superiores a los 40°C en algunas regiones, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) desde su oficina en Buffalo.

La agencia emitió una alerta por calor vigente hasta las 18:00 del martes 24 de junio, aunque se prevé que las condiciones comiencen a mejorar el miércoles 25 de junio.

De acuerdo con los pronósticos, para mediados de semana, muchas áreas volverán a registrar temperaturas más típicas del verano, situadas entre los 27°C y 29°C (equivalente a los 80 grados Fahrenheit).

El NWS indicó que el calor más intenso se dará este lunes, mientras que el martes seguirán predominando las temperaturas elevadas. Sin embargo, se espera un descenso progresivo desde el miércoles. Para el jueves, se anticipa un retorno a niveles térmicos habituales de temporada en buena parte del estado.

Estas temperaturas extremas pueden resultar especialmente peligrosas cuando se combinan con una alta humedad, ya que dificultan la capacidad del cuerpo para enfriarse mediante la transpiración. Por ello, se recomienda precaución, especialmente en sectores sin acceso a sistemas de aire acondicionado.

La advertencia por calor incluye un amplio territorio del estado de Nueva York. Los condados afectados son:

• Niagara
• Orleans
• Erie (norte y sur)
• Genesee
• Wyoming
• Chautauqua
• Cattaraugus
• Allegany
• Monroe
• Wayne
• Northern Cayuga
• Oswego
• Livingston
• Ontario
• Jefferson
• Lewis

Las autoridades instan a los residentes de estas áreas a limitar su exposición al aire libre, mantenerse hidratados y prestar atención a los síntomas de agotamiento por calor.

La exposición prolongada a temperaturas extremas y humedad puede provocar problemas graves de salud, especialmente en:

• Niños pequeños, más vulnerables a la deshidratación.
• Adultos mayores, que suelen tener una menor percepción de calor.
• Personas con enfermedades crónicas, como cardiovasculares o respiratorias.
• Quienes no cuentan con aire acondicionado, en particular en viviendas poco ventiladas.

Médicos locales han advertido sobre un aumento en las consultas por síntomas relacionados con el estrés térmico, y recomiendan actuar rápidamente ante cualquier señal de alerta.

El Servicio Meteorológico Nacional difundió una serie de medidas preventivas para reducir los efectos del calor mientras se mantengan las altas temperaturas:

• Hidratación constante, aun sin sensación de sed.
• Permanecer en espacios cerrados con climatización artificial.
• Evitar actividades físicas intensas en exteriores entre las 11:00 y las 17:00 horas.
• No dejar a niños ni mascotas dentro de vehículos estacionados.
• Verificar el estado de vecinos, personas mayores o con movilidad reducida.
• Reconocer los síntomas de agotamiento por calor (mareos, sudoración excesiva, debilidad) y de golpe de calor (confusión, desorientación, piel seca, fiebre). Ante signos graves, se debe llamar al 911 de inmediato.

Los expertos indican que el alivio llegará a mitad de semana, cuando las temperaturas descenderán hasta un rango más seguro de 27°C a 29°C, pero advierten que los episodios de calor extremo serán cada vez más frecuentes debido a la crisis climática.

En este contexto, las autoridades recuerdan que la prevención es clave para evitar emergencias de salud pública. La vigilancia activa y la respuesta oportuna ante los síntomas son esenciales para proteger a los sectores más vulnerables.

Según la doctora Jennifer Ashton, corresponsal médica en jefe de ABC News, la cantidad diaria de agua necesaria depende de múltiples factores, como la edad, la estatura y el lugar de residencia. Sin embargo, las recomendaciones estándar sugieren un consumo diario aproximado de:

• 2.7 litros para mujeres
• 3.7 litros para hombres

Una medida práctica: un litro equivale a 33 onzas.

Ashton también recordó que muchas veces se confunde el hambre con la sed. “Tu cuerpo te avisa cuando necesita agua, y eso se llama sed. A veces creemos que necesitamos comida cuando en realidad debemos hidratarnos”, apuntó.