En 1988 se estrenó una película que redefiniría los cánones del cine de acción: Duro de Matar, dirigida por John McTiernan. Detrás de su éxito y de la consolidación de Bruce Willis como héroe del género, hay una historia de elecciones cruciales, ofertas millonarias y cambios de rumbo que afectaron tanto a la carrera de Richard Gere como al devenir de la saga que hoy es un clásico indiscutible del séptimo arte.
Uno de los datos más reveladores sobre la gestación de “Duro de Matar” es que el carismático John McClane, hoy inseparable de la figura de Bruce Willis, pudo haber tenido otro rostro. Antes siquiera de que el proyecto tomara forma definitiva, el productor Joel Silver priorizaba un nombre de mayor peso en la industria cinematográfica. En la lista figuraban gigantes como Clint Eastwood, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, pero el favorito desde el inicio era Richard Gere, un actor de renombre ya conocido por varios papeles destacados en los años 80.
La preferencia por Gere fue tan marcada que Silver llegó a incrementar la oferta original en un millón de dólares adicionales para tentar al actor y asegurar su participación. Según reveló autora Eila Mell en el libro “Casting Might-Have-Beens”, Gere se mantuvo inflexible: “Lo rechazó, alegando que no le interesaba el proyecto”.
Esa decisión resultó sorprendente, ya que la suma propuesta superaba las ofertas realizadas previamente a otras estrellas y suponía apostar fuerte por una carrera estrechamente vinculada hasta ese momento a personajes románticos o dramáticos.
La negativa de Richard Gere fue decisiva para el futuro del proyecto. Ante la dificultad de fichar a una gran estrella asentada en el género de acción, Joel Silver y su equipo se vieron obligados a ampliar el espectro de posibilidades. La opción elegida fue Bruce Willis, que por entonces era un rostro conocido principalmente por su papel protagonista en la serie televisiva “Luz de luna” (Moonlighting).
Willis no era considerado un actor de acción por la mayoría de la industria ni del público, algo que el guionista Jeb Stuart reconoció posteriormente en una entrevista para Slash Film: “Cuando Willis fue elegido, pero nadie lo veía como actor de acción… Es decir, se trataba simplemente de que el público pudiera creer que no es un tipo superficial de Jersey. Y Bruce lo demostró.”
El resultado de esta apuesta inesperada fue contundente. Willis imprimió en John McClane una humanidad y un sentido del humor que alejaban al personaje del arquetipo invulnerable y frío de otros héroes de acción de la época.
Esa actitud hizo que el público identificara al personaje como alguien cercano y falible, pero también valiente y audaz. “Yippee-ki-yay, hijo de puta”, la frase que McClane repite en los momentos más tensos de la película, se transformó en su marca de fábrica y en lema del género.
‘Duro de Matar’ recaudó más de 140 millones de dólares en taquilla y se convirtió en una de las películas de acción más rentables de todos los tiempos. Su éxito no se limitó al ámbito comercial: la película recibió cuatro nominaciones a los Premios Oscar y pavimentó el camino para secuelas que consolidaron la franquicia y elevaron el film al estatus de clásico, por crítica y público.
Tras su impacto inicial, el modelo de héroe cotidiano enfrentado a situaciones límite se replicaría en infinidad de producciones de Hollywood, lo que convirtió a la figura de McClane en una referencia obligada.
En cuanto a Richard Gere, su negativa a aceptar el papel de John McClane no fue un obstáculo en su trayectoria, pero sí marcó una clara distinción de prioridades. Dos años después, protagonizó ‘Pretty Woman’, la película más popular de su carrera y uno de los grandes éxitos románticos de los 90. Aunque el propio actor manifestó en varias ocasiones que no estaba especialmente orgulloso de ese trabajo, el filme cimentó su imagen de galán y le abrió las puertas a nuevos proyectos alejados del cine de acción.
(Escena de ‘Pretty Woman’)
Resulta imposible saber cómo habría afectado la elección de Gere a su carrera y a “Duro de Matar”. En cuanto a Bruce Willis, esta confluencia de decisiones, rechazos y oportunidades lo llevó a encontrar el rol de su vida.
Fuente: Infobae.com