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Qué es la demencia vascular, una afección cerebral poco conocida con síntomas semejantes al Alzheimer

La principal causa de la demencia vascular son los accidentes cerebrovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)
La principal causa de la demencia vascular son los accidentes cerebrovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

Problemas de memoria, confusión, desorientación y los cambios de humor pueden hacer pensar que una persona padece Alzheimer. Sin embargo, existe otra patología con síntomas similares, pero con diferencias que es clave: la demencia vascular.

De acuerdo a la Facultad de Medicina de Harvard, la demencia es una enfermedad que afecta la memoria, el pensamiento y el razonamiento. La demencia vascular, debida a accidentes cerebrovasculares, sola o en combinación con el Alzheimer, es una de las formas más comunes de demencia.

El doctor Alejandro Andersson, neurólogo, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó a Infobae que la demencia vascular es un tipo de demencia causada por problemas en el suministro de sangre al cerebro, lo cual provoca la muerte de las células cerebrales. “Este deterioro cognitivo progresivo de la demencia vascular resulta de una disminución del flujo sanguíneo al cerebro, causando daños en las células nerviosas”, detalló.

Este daño es el que provoca los problemas con el pensamiento, la memoria y otras funciones cognitivas, que son signos clave de la demencia.

La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos (Imagen ilustrativa Infobae)

El doctor Andersson explicó: “Demencia es el gran paraguas y quiere decir deterioro cognitivo. Debajo de ese gran paraguas están las causas de la demencia. La principal razón de la demencia es una enfermedad degenerativa, que es la enfermedad de Alzheimer. Pero también es posible sufrir una demencia debido a muchos infartos en el cerebro, o sea, la demencia multiinfarto. También por otras enfermedades degenerativas como la enfermedad de Lewy, por una meningitis por tuberculosis o una encefalitis autoinmune. Lo que tiene de interesante la demencia multiinfarto es que si se corrigen los factores de riesgo vascular en general, es posible evitarla en prácticamente todos los casos”.

Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos.

El doctor Andersson expresó que en Argentina, la demencia es un problema de salud pública cada vez más relevante, especialmente en una población que está envejeciendo rápidamente. Según el experto, cada año, se diagnostican alrededor de 77.000 nuevos casos de demencia en el país, de los cuales 46.000 son de Alzheimer y 15.000 de demencia vascular.

La demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer comparten algunos síntomas similares, como pérdida de memoria y confusión. Sin embargo, existen diferencias clave en la forma en que aparecen estos síntomas (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Se estima que alrededor del 7% de los mayores de 65 años padecen algún tipo de demencia, lo que equivale a unas 500.000 personas. De estos casos, aproximadamente el 60% corresponde a la enfermedad de Alzheimer, afectando a unos 300.000 argentinos. La demencia vascular, por su parte, representa el 20% de los casos, con cerca de 100.000 afectados. Estas cifras reflejan una tendencia similar a la observada a nivel mundial y subrayan la importancia de implementar estrategias de prevención, detección temprana y manejo adecuado para enfrentar el creciente desafío que representa la demencia en nuestra sociedad”, destacó el médico.

“Las principales causas incluyen accidentes cerebrovasculares (ACV), tanto grandes como microinfartos, que interrumpen el flujo sanguíneo y causan daño cerebral; ateroesclerosis, que endurece y estrecha las arterias; hipertensión arterial no controlada; diabetes, que aumenta el riesgo de problemas vasculares; y condiciones cardíacas como arritmias o insuficiencia cardíaca”, explicó el doctor Andersson.

La presión arterial alta a largo plazo puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro debido al bombeo de alta presión de la sangre, lo que provoca que los vasos pequeños se ocluyan. Por eso es importante controlar la presión con regularidad

La Facultad de Medicina de Harvard explicó que las distintas partes del cerebro controlan diferentes funciones, por lo que los síntomas de la demencia vascular pueden variar según la parte del cerebro afectada.

“En algunos casos, los síntomas pueden aparecer de repente, como después de un accidente cerebrovascular importante, mientras que en otros casos pueden desarrollarse más lentamente con el tiempo debido a la acumulación de accidentes cerebrovasculares pequeños”, señaló la entidad.

Por su parte, el doctor Andersson comentó que los síntomas de la demencia vascular pueden incluir “problemas de memoria, especialmente en las etapas avanzadas, dificultades en la planificación y organización, como la toma de decisiones y la resolución de problemas. Además, pueden presentarse cambios en la personalidad y el comportamiento, incluyendo irritabilidad, depresión o apatía. También son comunes las dificultades motoras, que se manifiestan con problemas de marcha, coordinación y equilibrio, y la confusión y desorientación, particularmente después de un ACV”.

Los niveles altos de colesterol pueden provocar la acumulación de placa en las arterias, lo que aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares grandes y pequeños (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los síntomas comunes de la demencia vascular, que también están presentes en otras demencias como el Alzheimer son, de acuerdo a la Facultad de Medicina de Harvard:

  • Problemas de memoria, como dificultad para recordar eventos o nombres recientes
  • Dificultad para concentrarse
  • Pensamiento lento
  • Confusión o sensación de desorientación, especialmente en situaciones desconocidas
  • Cambios de humor como depresión, ansiedad

Los síntomas más avanzados de la demencia vascular (y otras causas de demencia) pueden incluir:

  • Afasia: dificultad para hablar, comprender palabras, leer o escribir
  • Apraxia: dificultad para realizar movimientos o tareas
  • Dificultad para mantener el equilibrio, lo que provoca caídas frecuentes
  • Pérdida del control de la vejiga
El riesgo de demencia vascular aumenta con la edad, especialmente después de los 65 años (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor Andersson explicó que el diagnóstico se hace en base a la historia clínica, mediante el interrogatorio médico, la anamnesis. “Luego hay que hacer una evaluación neurológica, sobre todo neurocognitiva, que es muy importante para medir la memoria a corto y largo plazo, visual, verbal, auditiva, etcétera. Después hay que hacer imágenes, tomografía o mucho mejor, resonancia magnética para ver cómo está el cerebro, qué lesiones tiene, si tiene infartos, si no tiene infartos. Porque básicamente hay que distinguir si se trata de una demencia por Alzheimer o una enfermedad degenerativa u otra causa, o si es una demencia vascular que tiene que ver con tener muchos infartos cerebrales o secuelas vasculares”, detalló el neurólogo.

En cuanto al tratamiento, se basa en controlar los factores de riesgo. “¿Qué es lo que hizo que se ‘gasten’ las arterias? Puede ser la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, el colesterol alto. Luego, se pueden prescribir medicamentos, anticoagulantes, antiagregantes o antiplaquetarios, fármacos para evitar que se produzcan nuevos infartos en el paciente. También hay medicamentos que estimulan los circuitos de memoria y se incluyen ejercicios, rehabilitación o estimulación cognitiva”, finalizó el doctor Andersson.

Los niveles bajos de actividad física y la obesidad también son factores de riesgo conocidos de accidentes cerebrovasculares y demencia vascular. Por eso es tan importante realizar actividad física (Imagen ilustrativa Infobae)

La Facultad de Medicina de Harvard recomendó:

  1. Controlar las enfermedades crónicas: mantener la presión arterial, colesterol y niveles de azúcar en sangre dentro de un rango adecuado mediante una combinación de dieta saludable, ejercicio regular y medicación.
  2. Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol.
  3. Hacer ejercicio regularmente: la actividad aeróbica mejora el flujo sanguíneo al cerebro y se asocia con un menor riesgo de todas las causas de demencia. Intentar realizar 150 minutos de actividad física de intensidad moderada cada semana.
  4. Seguir una dieta saludable: una dieta rica en frutas, verduras y proteínas magras puede ayudar a mantener los vasos sanguíneos sanos. La dieta DASH (enfoque dietético para detener la hipertensión) y la dieta mediterránea se recomiendan como neuroprotectoras. Ambas conforman la dieta Mind.
  5. Poner bajo control el estrés.

Fuente: Infobae.com

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