Supuesto amigo de influencer argentina reveló haberla asesinado: Fue detenido y arriesgaría cadena perpetua

La ciudad de Córdoba está conmocionada con el brutal asesinato de la influencer Catalina Gutiérrez, estudiante de Arquitectura que perdió la vida a manos de Néstor Soto, supuesto amigo y compañero en la universidad que terminó confesando su autoría en el crimen.

El cuerpo de la joven de 21 años fue encontrado en el asiento trasero del vehículo de su madre, estacionado en un sector del barrio Ampliación Kennedy de aquella localidad de Argentina. Según pericias de las policías, hubo intentos frustrados de incendiar el automóvil.

LO ÚLTIMO

Además de sus miles de seguidores en redes sociales, la víctima era conocida por ser hija de Marcelo Gutiérrez, un afamado arquitecto trasandino que entregó un desgarrador testimonio y dedicó fuertes palabras para Soto, actualmente detenido por su vinculación con el caso.

¿Qué se sabe del crimen de la influencer Catalina Gutiérrez?

La adolescente le había pedido a su madre que le prestara el auto para juntarse con su novio y amigos en un centro comercial cordobés, la noche del miércoles 17 de julio. Alcanzó a enviarle un audio a su pareja, diciéndole: «Mi amor, voy para allá a sacar un turno para jugar al bowling. Voy directamente para allá».

Mientras iba de camino al lugar, se sospecha que Néstor la contactó para pedirle que visitara su casa, a lo que ella accedió. La investigación sugiere que él la atacó ahí, estrangulándola hasta quitarle la vida. Un anillo de la joven fue encontrado en la vivienda del atacante, el que habría perdido en medio del forcejeo.

Ir a la siguiente nota

Al mismo tiempo que se desarrollaba el mortal ataque, su novio la estaba esperando en el recinto comercial. Preocupado por su tardanza, se comunicó con sus suegros para posteriormente hacer la denuncia y logró determinar la ubicación de la estudiante —gracias al sistema de geolocalización de su celular—, la que correspondía al barrio Ampliación Kennedy.

A esa altura, se presume que Soto había trasladado el cuerpo de Gutiérrez en el mismo auto hasta ese lugar, en donde se halló su cadáver con marcas en el cuello.

«El auto estuvo 30 minutos parado ahí donde fue encontrado. Por suerte, el desquiciado ya está detenido, debería haber pena de muerte», expresó Marcelo Gutiérrez a Clarín.

«Que se pudra en la cárcel»

Evidentemente afectado por el asesinato de su hija, el progenitor expresó que «lo único que quiero es justicia y que (Soto) se pudra en la cárcel toda su vida. Es un demente, de otra manera no se puede llamar a esa persona. No se merece vivir en esta sociedad este enfermo mental».

Sobre la visita que Catalina hizo a la casa de Néstor, el arquitecto detalló que «nunca avisó que haría una parada intermedia antes de ir a Patio Olmos (el centro comercial en donde la esperaban su novio y sus amigos). Suponemos que hubo una llamada (de Soto), algo pasó en el medio».

El recuerdo que dejó la víctima en su familia será imborrable: «Era una diosa, una excelente hija, divina y alegre, estudiante perfecta… Una felicidad total». Por el contrario, la imagen que ahora tienen de Néstor es la peor, pues ya lo conocían: «Era alguien allegado a ella, lo invitaba a casa a comer y él la invitaba a la suya».

La insólita confesión del supuesto asesino

Cuando iniciaron las investigaciones del caso, Soto se presentó a declarar como testigo por ser un conocido de la fallecida, pero luego terminó confesando su autoría en el crimen tras las inconsistencias que había en su relato.

Infobae reporta que el estudiante dijo que Catalina «era el amor de mi vida«, aunque nunca tuvieron una relación amorosa, pues ella ya estaba emparejada. Pese a su revelación, igualmente tendrá que cursar un proceso judicial, empezando por entregar otra vez su relato al fiscal del caso.

Hoy permanece detenido e imputado por el delito de homicidio simple, cuya condena máxima es de 25 años de prisión. A la espera de que el caso sea traspasado a una Fiscalía de Género y ante la eventualidad de que el crimen sea catalogado como femicidio por el vínculo entre ambos, el sujeto arriesgaría cadena perpetua.