En un tierno video subido a la cuenta de TikTok (@mirandaavan) se observa un entrañable ejemplo de vínculos familiares y adaptación a los tiempos actuales sobre todo a las redes sociales. Un abuelo de 93 años ha comenzado a tomar clases para aprender a usar el celular, guiado pacientemente por su nieta Miranda. El proceso de enseñanza se destaca por su tono cercano y lúdico, reflejado en la charla amena entre ambos. El abuelo, con dedicación y entusiasmo, participa activamente en las lecciones, respondiendo preguntas que Miranda le formula sobre el uso de distintas aplicaciones del dispositivo móvil. La interacción se asemeja a una pequeña evaluación oral, donde el abuelo demuestra los conocimientos adquiridos sobre el manejo básico y las funciones principales de su celular.
Miranda desempeña el rol de instructora y motivadora, mostrando no solo conocimientos tecnológicos sino también sensibilidad para adaptar su método a las necesidades de su abuelo. La relación entre ambos, marcada por el respeto y la paciencia, evidencia la importancia del acompañamiento familiar en los aprendizajes tardíos. Lejos de la impaciencia o la prisa, la joven fomenta la autonomía de su abuelo, permitiéndole descubrir y aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología actual. La dinámica de estas clases resulta tan cotidiana como inspiradora, posicionando la curiosidad, el cariño y la perseverancia como ingredientes claves del proceso.
Un elemento característico del método que emplean abuelo y nieta es el uso riguroso de un cuaderno de anotaciones. En cada página, el abuelo registra cuidadosamente las explicaciones que Miranda le brinda sobre las distintas aplicaciones y funciones del celular. Estas anotaciones no se limitan a frases sueltas: incluyen dibujos elaborados de los íconos de aplicaciones como YouTube, Google Chrome, WhatsApp y la alarma del dispositivo, acompañados de descripciones claras que resumen la utilidad y el modo de uso de cada una.

Este enfoque visual y escrito no solo facilita el recuerdo y la comprensión de los conceptos, sino que adapta la didáctica a las mejores prácticas para personas mayores. El acto de copiar, dibujar y repasar a mano cada paso del proceso convierte el aprendizaje en una experiencia tangible y personalizada. Las preguntas que Miranda le plantea funcionan como pequeñas pruebas de repaso, ayudando al abuelo a fijar los contenidos en la memoria y a ganar confianza en el uso cotidiano del dispositivo.
La atención a los detalles, la creatividad en las explicaciones y la constancia en los registros hacen de este cuaderno una herramienta central, que trasciende lo puramente informativo y se convierte en un registro entrañable del vínculo intergeneracional.
La historia de estas clases caseras irrumpió en redes sociales cuando Miranda decidió compartir un video en su cuenta de TikTok. En el video, que rápidamente captó la atención del público, se observa al abuelo repasando sus apuntes y respondiendo con soltura y cierto nerviosismo a las preguntas de su nieta. Las imágenes de los dibujos en el cuaderno, junto a los diálogos familiares, generaron un rápido efecto viral.
En sólo un día, el video sumó 1 millón de visualizaciones, atrajo 242 mil “me gusta” y reunió más de 730 comentarios de personas enternecidas y admiradas por la dedicación del abuelo y la paciencia de Miranda. Los mensajes de los usuarios expresaron cariño, admiración y empatía, destacando la ternura de los dibujos y la perseverancia del protagonista. Comentarios como “Lo amo mucho, quiero que sea mi abuelo”, o “los dibujitos están muy bien hechos” y “me dan ternura”, fueron recurrentes en la plataforma.