¿Qué pasó?
Una jornada de compras terminó en una verdadera pesadilla para Carina Berdón, de 29 años, y su madre de 50, quienes fueron víctimas de dos violentos asaltos con pocas horas de diferencia en González Catán, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Les robaron hasta un certificado de discapacidad
Según reportó TN, madre e hija fueron a una feria del sector, en donde dejaron su camioneta estacionada. Tras unos 30 minutos, escucharon sonar la alarma del vehículo y al regresar vieron que el vidrio trasero izquierdo estaba roto.
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Los delincuentes les robaron 10 mil pesos argentinos en efectivo (uno 8 mil pesos chilenos), además de documentos del vehículo y el certificado de discapacidad que tenía uno de los dos hijos de la dueña del vehículo.
Tras ello, acudieron a una comisaria cercana para realizar la denuncia, pero «me dijeron que no me la iban a tomar si no tenía impresas las fotos de cómo quedó la camioneta», contó la mujer al citado medio.
Segundo robo
Como la mayoría de los comercios estaban cerrados, decidieron ir a la casa de una prima para imprimir las imágenes. Mientras estaban esperando en el auto a que su familiar les entregara las hojas, volvieron a robarles.
«Había dos personas, pasó uno cerca de la camioneta y vio que éramos dos mujeres. Se acercó a la ventana y me dijo ‘bájate o te tiro’, diciendo que tenía un arma«, relató la víctima.
«No podía bajar porque tenía el cinturón puesto, estaba nerviosa. Ni bien me lo desenganché, me agarró de la campera y me tiró al piso. Justo cuando me tiró, veo que se acercó otra persona y pensé que venía a ayudar. Pero no, vino a subirse del lado del conductor e intentó arrancar la camioneta», añadió Carina.
En ese instante, su madre estaba sentada en el asiento del copiloto y también fue agredida: «A ella le tiraban del pelo y le decían que le iban a pegar un tiro. Cuando estaban por arrancar la camioneta, mi mamá metió la mano y se la mordieron», continuó.
Ladrones huyeron
En medio del forcejeo, la llave de la camioneta se rompió, por lo que los delincuentes no la pudieron hacer partir. «Uno también me agarró de los pelos y justo se cayó un termo que estaba atrás. Le empecé a pegar con el termo, a tocar bocina y gritar«.
Tras ello, los ladrones escaparon corriendo, pero antes se robaron dinero en efectivo y el celular de la madre. A los pocos minutos llegó la policía, «parece un chiste, pero me robaron dos veces en un día», les dijo.
«Lo único que nos dijeron fue que llamemos al seguro para que venga una grúa y nos vayamos a casa. Me reclamaron por qué no hice la denuncia virtual, así evitaba el segundo robo. Una falta de empatía tremenda«, acusó.