
En los últimos años, el panorama comercial en Sudamérica ha experimentado un cambio significativo con la aparición de nuevos competidores en el sector portuario y exportador. Una de las infraestructuras que ha cambiado el panorama ha sido el Megapuerto de Chancay, que, a pesar de poner a Perú como un competidor directo de Chile, también, según la Fundación Chilena del Pacífico, abriría las puertas a una potencial colaboración entre ambos países.
Iván Marambio, miembro del consejo directivo de la Fundación Chilena del Pacífico, explicó: “No teníamos un Perú competidor hasta hace 15 años; estábamos solos, y yo creo que Perú nos ha venido a despertar y a incentivarnos para crecer”.
Marambio también destacó: “Tenemos que trabajar en promocionar en conjunto con nuestros competidores, especialmente con Perú”, sugiriendo que ambos países podrían encontrar formas de colaborar en sectores clave para sus economías.
El año pasado, las exportaciones de frutas chilenas a China fueron un motor clave para la economía, superando los USD 3.500 millones, según datos de la Fundación Chilena del Pacífico. Sin embargo, el miembro del consejo directivo de la organización señaló que el consumo mundial sigue siendo bajo, lo que abre espacio para que tanto Chile como Perú colaboren y exploten juntos las oportunidades en este sector.
El directivo enfatizó que “sectores como el de las exportaciones de frutas chilenas tienen todavía mucho potencial”, lo que sugiere un campo de crecimiento mutuo para los dos países.
Brasil y China han comenzado a explorar la idea de crear una vía férrea que una al país de habla portuguesa con Perú, extendiéndose hasta el Megapuerto de Chancay. El plan consiste en edificar una línea de tren que atravesaría el estado de Acre en Brasil, cerca de la frontera con Bolivia, y llegaría hasta la costa atlántica de Bahía. Recientemente, la ministra de Planificación de Brasil, Simone Tebet, mencionó que China había propuesto una opción más corta para la ruta, pero esta pasaba por zonas protegidas y territorios indígenas en la Amazonía. Afortunadamente, las autoridades chinas comprendieron las preocupaciones de Brasil sobre esta sugerencia.
Tebet se mostró optimista acerca de los avances y resaltó la importancia de la próxima visita de Estado del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a Pekín. Según la ministra, China no solo está interesada en este proyecto ferroviario, sino también en otros planes de integración impulsados por Brasil para mejorar las conexiones con países vecinos. El país asiático, principal socio comercial de Brasil y un gran comprador de productos agropecuarios y minerales brasileños, sigue mostrando un fuerte interés en estrechar sus lazos con la nación sudamericana.
La construcción del ferrocarril es vista como una oportunidad estratégica para Brasil, que busca diversificar sus rutas comerciales en un contexto donde sus infraestructuras viales requieren mejoras. El país ha estado trabajando para superar las limitaciones de puertos como el de Santos, que maneja casi un tercio de sus exportaciones y ha demostrado ser un cuello de botella para el comercio exterior brasileño.
Las propuestas de China para este proyecto intentan aliviar esta presión, aunque aún enfrentan desafíos significativos relacionados con el medio ambiente y las comunidades locales, especialmente en lo que respecta a la protección de la Amazonía. La objeción de Brasil a la propuesta inicial del régimen chino, que incluía el paso por áreas sensibles de la selva, resalta la necesidad de considerar las consecuencias ambientales de grandes proyectos de infraestructura. Tebet subrayó que, a pesar del interés de la nación asiática, Brasil no está dispuesto a sacrificar sus reservas naturales ni las tierras de las comunidades indígenas.
El comercio entre Chile y Perú ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, consolidándose como una de las asociaciones económicas más dinámicas de América del Sur. Esta evolución se ha visto reflejada en el aumento del intercambio comercial, que alcanzó los USD 3.576 millones en 2022, marcando un récord histórico para ambos países. Este incremento ha sido impulsado por la implementación de acuerdos de libre comercio y la cooperación en diversos sectores productivos.
La firma del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Perú en 2009 ha sido fundamental para eliminar barreras arancelarias y facilitar el flujo de bienes y servicios. Gracias a este acuerdo, el 100% del comercio bilateral se encuentra libre de aranceles, lo que ha permitido una diversificación en las exportaciones de ambos países.
Perú ha incrementado sus envíos a Chile de productos como molibdeno, ácido sulfúrico, paltas y textiles, mientras que Chile ha exportado a Perú barras de acero, partes para maquinarias y gas propano licuado.
Además del comercio de bienes, la relación bilateral se ha fortalecido a través de encuentros empresariales binacionales. Por ejemplo, el XIII Encuentro Binacional Perú – Chile 2023, realizado en Tacna, generó compromisos comerciales por USD 14,4 millones, superando en un 60% las expectativas iniciales. Estos eventos han facilitado la negociación en sectores como agroalimentos, productos del mar, equipamiento industrial, servicios logísticos y turismo.
La cooperación en infraestructura también ha sido un pilar clave. Tras la reapertura de la frontera Tacna-Arica en mayo de 2023, se registraron más de 155 mil cruces en el Puesto de Control Fronterizo Santa Rosa, lo que representó un aumento del 1.809% en comparación con el mes anterior. Este flujo ha impulsado el turismo y el comercio transfronterizo, beneficiando a las economías locales.
En términos de inversión, la presencia empresarial chilena en Perú ha generado más de 50 mil puestos de trabajo, mientras que la inversión peruana en Chile asciende a cerca de USD 13.000 millones. Estos flujos de inversión han fortalecido sectores clave como la minería, la agroindustria y la energía renovable, contribuyendo al desarrollo económico de ambos países.
Fuente: Infobae