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Periodista pionero en cubrir el primer atentado aéreo contra un avión de pasajeros en la historia, Englebert Zimmerman, deja huella eterna

Escrito por radioondapopular
octubre 10, 2025
Periodista pionero en cubrir el primer atentado aéreo contra un avión de pasajeros en la historia, Englebert Zimmerman, deja huella eterna





El primer atentado en la historia de la aviación comercial

El periodista que fue testigo del primer atentado aéreo de la historia

Mientras escribía frenéticamente en su máquina de escribir en la redacción del diario The Vidette-Messenger, Englebert Zimmerman sentía una mezcla de entusiasmo y urgencia. En esa pequeña comunidad de Jackson, en Indiana, los sucesos importantes eran raros, pero aquella noche todo cambió: un avión de pasajeros había caído. No se trataba de una avioneta, sino de una aeronave de gran tamaño, moderna y con pasajeros a bordo. Zimmerman, un periodista casi anónimo, fue el primero en llegar a la escena del accidente.

Se anticipaba que en las horas siguientes llegarían reporteros de grandes periódicos, incluso de medios nacionales como The Washington Post y The New York Times. Sin embargo, Zimmerman tenía la exclusiva: una crónica desde el lugar de los hechos, que pronto sería la portada del pequeño diario local. La nota llevaba un título impactante: “Un avión gigante se estrella y mueren siete personas”. Lo que pocos sabían entonces era que Zimmerman sería recordado como el único periodista en narrar en primera persona el primer ataque terrorista a un avión de pasajeros en la historia de la aviación comercial.

Detalles del accidente y el contexto histórico

Los dedos de Zimmerman volaban sobre el teclado y, en minutos, su reportaje ya describía con precisión: “El condado de Porter sufrió su mayor tragedia aérea cuando un avión bimotor de la United Airlines explotó en el aire a unos 1.000 pies de altura, sobre la granja de James Smiley, en Jackson, matando a siete personas. La nave, que volaba desde Nueva York a Chicago y posteriormente a Oakland, California, se desintegró en el aire en medio de una lluvia constante. La explosión la partió en dos, y su caída fue vista por numerosos testigos que vivían en las cercanías, quienes quedaron horrorizados ante la escena de un cometa en llamas”.

La aeronave mencionada era un Boeing Model 247D, un modelo pionero en la aviación comercial. En comparación con los gigantes modernos, parecía un pequeño insecto: un avión de dos hélices, que apenas ocho meses antes, en febrero de 1933, había realizado su primer vuelo. En esa época, la aviación de pasajeros aún estaba en sus inicios, con pocos accidentes y mucho optimismo sobre su seguridad.

El vuelo y las circunstancias del desastre

El vuelo 23 de United Airlines partió desde Newark, Nueva Jersey, con destino final en Oakland, California. La aeronave, identificada como NC13304 por la Agencia Federal de Aviación de EE. UU., llevaba cuatro tripulantes y tres pasajeros. Estos últimos pagaron alrededor de 208 dólares —equivalentes a unos 5.000 dólares actuales— por un trayecto en la aeronave más avanzada de su tiempo.

El Boeing 247D era considerado un avión revolucionario. Contaba con piloto automático, tren de aterrizaje retráctil, sistemas de deshielo y hélices de paso variable. Equipado con dos motores Pratt & Whitney Wasp de 550 caballos de fuerza, tenía capacidad para diez pasajeros, quienes viajaban en condiciones de temperatura controlada, atendidos por una azafata. El capitán del vuelo, Harold Tarrant, de 38 años, tenía solo dos años de experiencia, pero en aquellos tiempos eso representaba una gran destreza.

Los pasajeros, con nombres ficticios para proteger su privacidad, incluían a Fred Schendorf, un gerente de empresa; la señorita Dorothy Dwyer y Emil Smith, entre otros. La tripulación también la conformaban A. T. Ruby, copiloto, y H. R. Burris, encargado de la radio. La azafata, Alice Scribner, fue descrita como una joven atractiva. La tragedia ocurrió en medio de una lluvia persistente, cuando una explosión en el avión lo hizo estallar en el aire, precipitando sus restos en una zona rural del condado de Porter.

Impacto y legado del incidente

El accidente del vuelo 23 fue un suceso que conmocionó a Estados Unidos, no solo por la pérdida de vidas humanas sino por ser el primer caso en que se sospechó un atentado en un vuelo comercial. La noticia de una explosión en el aire generó terror y alarma internacional, marcando un antes y un después en la historia de la seguridad aérea. Este incidente evidenció los riesgos aún existentes en los inicios de la aviación y la necesidad de mayor control y prevención en los vuelos comerciales.

El atentado fue posteriormente confirmado como un acto deliberado con explosivos, lo que convirtió a este evento en pionero en la historia de la criminalidad en la aviación. La cobertura de Zimmerman se mantuvo como un testimonio vivo de ese día, y su relato permanece como uno de los primeros registros de un ataque terrorista en la historia de la aviación.

El Boeing 247D de United Airlines explotó en el aire y causó la muerte de siete personas


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