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Perú mantiene uso de pesticidas tóxicos tras caída de estudio que defendía herbicida presuntamente cancerígeno

Escrito por radioondapopular
diciembre 10, 2025
Perú mantiene uso de pesticidas tóxicos tras caída de estudio que defendía herbicida presuntamente cancerígeno






Retiran estudio que defendía la seguridad del glifosato tras 25 años


Retiran estudio que defendía la seguridad del glifosato tras 25 años

Después de más de dos décadas, uno de los estudios más influyentes que respaldaban la inocuidad del glifosato, herbicida comercializado por Monsanto, fue oficialmente retractado. Este artículo, publicado en el año 2000 en Regulatory Toxicology and Pharmacology, sirvió durante años como base científica para justificar el uso del pesticida en la agricultura, asegurando que no representaba riesgos graves para la salud humana.

Las razones detrás de la retractación

Sin embargo, el estudio ahora retirado revela aspectos que numerosos investigadores habían denunciado desde principios de los años 2000: conflictos de intereses severos, omisiones en la metodología y la participación encubierta de empleados de Monsanto en la redacción del documento. La revista explicó en su aviso de retractación que el artículo presentaba «deficiencias graves», entre ellas la ausencia de estudios de carcinogenicidad que ya estaban disponibles en ese momento, además de ocultar el papel del personal de la empresa y la falta de transparencia respecto a los beneficios económicos recibidos por los autores.

Revisión y antecedentes

La editorial Elsevier, con sede en Países Bajos, informó que inició el proceso de revisión «tan pronto como el actual editor tuvo conocimiento de las preocupaciones sobre este artículo hace unos meses», según comunicó a la AFP. No obstante, las advertencias sobre posibles irregularidades en el estudio eran conocidas desde hacía más de veinte años.

En 2002, una carta firmada por alrededor de veinte investigadores denunciaba «conflictos de intereses, falta de transparencia y ausencia de independencia editorial», señalando directamente a Monsanto. Pese a ello, el artículo permaneció en circulación y continuó siendo citado por reguladores gubernamentales y expertos del sector.

La participación de Monsanto en la ciencia

El tema cobró mayor relevancia en 2017, cuando se divulgaron documentos internos de Monsanto que evidencian la participación de empleados en la redacción del estudio. La compañía aseguró que su contribución fue mínima y que no llegó a «el nivel necesario para reivindicar la autoría», además de que dicha colaboración fue reconocida en los agradecimientos del artículo.

Los documentos muestran que una científica agradeció a un «grupo de personas» por su «excelente trabajo» en ese estudio y en otros relacionados, incluso obsequiándoles camisetas de Roundup, marca del herbicida, en señal de agradecimiento.

Reacciones y opiniones de expertos

Para varios expertos, esta retractación llega demasiado tarde. Naomi Oreskes, historiadora de la ciencia de la Universidad de Harvard, expresó estar «muy satisfecha» con la decisión, aunque subrayó que la comunidad científica necesita «mejores mecanismos para identificar y retractar artículos fraudulentos».

Lynn Goldman, de la Universidad George Washington y firmante de la carta de 2002, afirmó que los motivos de la retractación «coinciden perfectamente con lo que denunciamos en su momento». Por su parte, John Ioannidis, de la Universidad de Stanford, advirtió que este caso es solo la punta del iceberg: «Estoy seguro de que existen muchos artículos similares, escritos por autores con conflictos de intereses no declarados».

El debate sobre el glifosato continúa

El uso del glifosato se popularizó en la década de 1970 y se expandió considerablemente en los años 90, en medio de la defensa que ofrecía el estudio ahora retirado. Su importancia fue tal que influyó en regulaciones en diversos países.

Mientras Monsanto —adquirida posteriormente por Bayer— mantiene que su producto no representa riesgos graves para la salud, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, lo clasifica como «probable carcinógeno» desde 2015. Aunque esta categoría no implica certeza absoluta, sí indica una evidencia suficiente para imponer regulaciones estrictas. Como resultado, varios países han restringido o reducido su uso.

El científico Nathan Donley, del Centro para la Diversidad Biológica, opina que la retractación probablemente no alterará la postura de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), que durante la administración de Donald Trump adoptó una posición favorable a la industria. Sin embargo, señala que sí podría influir en las regulaciones europeas, donde el debate sigue siendo más riguroso.

Este caso pone en evidencia un problema grave: la influencia que pueden tener estudios científicos con conflictos de interés ocultos en la formulación de políticas de salud pública que afectan a millones de personas.

Situación en Perú

En Perú, la problemática es aún más urgente. El país mantiene un uso extensivo de pesticidas altamente peligrosos, muchos de los cuales están prohibidos en la Unión Europea debido a sus impactos en la salud y el ambiente.

El Estado peruano no cuenta con registros claros para numerosos pesticidas, lo que permite su venta sin una reevaluación toxicológica moderna. Según un reportaje de Salud con Lupa, empresas como Syngenta mantienen en el mercado 42 pesticidas prohibidos en Europa, algunos asociados a intoxicaciones graves, daños en el sistema nervioso y efectos a largo plazo en órganos vitales.

El presidente del Consorcio Agroecológico Peruano ha señalado la necesidad de fortalecer los controles y regulaciones para proteger la salud pública y el medio ambiente.


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