Primera abducción alienígena de la historia: Betty y Barney Hill, pioneros del miedo extraterrestre

Una pareja sin creencias en la vida extraterrestre se convierte en ícono mundial

Betty y Barney Hill, una pareja de residentes en New Hampshire, no tenían expectativas ni intereses en la existencia de seres de otros planetas. Ambos tampoco buscaban fama ni dinero con su relato. Sin embargo, en septiembre de 1961, su experiencia capturó la atención mundial, convirtiéndose en el primer caso documentado de abducción alienígena. La historia generó un impacto profundo y sirvió como inspiración para muchos otros testimonios similares que surgirían posteriormente.

Este acontecimiento alteró la percepción del miedo en la cultura popular estadounidense. Hasta ese momento, las historias de temor estaban relacionadas principalmente con posesiones demoníacas o fenómenos sobrenaturales. La idea de ser secuestrado por un OVNI fue una novedad que marcó un antes y un después, generando una ola de inquietud y fascinación en la sociedad.

Reconocimiento y memoria en New Hampshire

En el estado de New Hampshire, una pequeña estación de servicio ubicada sobre la ruta 3 conserva aún recortes y recuerdos del incidente. Este lugar, cercano al pueblo de Indian Head, fue el escenario del comienzo de la historia que popularizó el término “abducido por extraterrestres”. Una placa conmemorativa instalada por la División de Recursos Históricos recuerda a los viajeros que, en ese punto, inicia la leyenda que aún perdura en la cultura popular estadounidense.

El 19 de septiembre de 1961, al finalizar unas vacaciones en Canadá, Betty y Barney Hill regresaban a su hogar en Portsmouth junto con su perro salchicha, Delsey. La noche era oscura y tranquila, perfecta para un viaje por la solitaria ruta 3, que atraviesa las Montañas Blancas. De repente, observaron en el cielo una luz muy brillante que parecía seguir su automóvil, despertando su curiosidad y algo de inquietud.

El extraño avistamiento y la experiencia de abducción

Al principio, creyeron que se trataba de una estrella fugaz, pero pronto notaron que la luz no se comportaba como un fenómeno astronómico convencional. La luz parecía ascender hacia la Luna, que en ese momento estaba en cuarto creciente. Betty pidió a Barney que detuvieran el vehículo para observar mejor y que Delsey pudiera hacer sus necesidades. Ella usó unos prismáticos y pudo ver que el objeto brillaba con luces coloridas y destellantes.

Ambos, que en esa época tenían un matrimonio mixto—Betty blanca y Barney afroamericano—, eran activistas en la NAACP y personas respetadas en su comunidad. Betty trabajaba como asistente social, mientras que Barney era empleado postal. La pareja bajó del coche y, con precaución, Barney llevó un arma, preocupado por la fauna salvaje de la zona. Betty observó la luz con atención y creyó identificar un objeto en forma de disco con ventanillas, a través de las cuales pudo ver entre ocho y once seres humanoides que los observaban.

El encuentro con los seres y la percepción telepática

Mientras Barney intentaba mantener la calma, la luz comenzó a descender y a acercarse peligrosamente al vehículo. La nave, que parecía seguirlos, descendió hasta quedar a unos 20 o 25 metros sobre el coche. La intensidad de la luz cegó a Barney, quien frenó y ambos descendieron del automóvil. Barney enfocó su binoculares hacia la nave y vio a los seres, que llevaban trajes oscuros y gorras, con grandes ojos y piel grisácea.

El esposo creyó notar que los seres operaban un tablero y uno de ellos, desde la ventana, le transmitió una orden telepática: “Quédate donde estás y sigue mirando”. La pareja permaneció inmóvil mientras la nave se acercaba, y posteriormente, ambos experimentaron una pérdida de tiempo y recuerdos fragmentados que marcaron sus vidas para siempre. La historia de Betty y Barney Hill no solo fue el primer relato de abducción, sino que también abrió el debate sobre la existencia de encuentros cercanos con seres de otros planetas y las posibles implicaciones de estos eventos en la percepción pública de lo desconocido.