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Recuento de 111 muertos y 500 disparos en la peor masacre carcelaria de Brasil

Escrito por radioondapopular
octubre 2, 2025
Recuento de 111 muertos y 500 disparos en la peor masacre carcelaria de Brasil

## La Masacre de Carandirú: Una de las tragedias más sangrientas en la historia penitenciaria de Brasil

El 2 de octubre de 1992, Brasil fue testigo de una de las masacres carcelarias más brutales de su historia, ocurrida en la prisión de Carandirú, ubicada en el centro de São Paulo. La cárcel, la más grande y superpoblada de América Latina, tenía una capacidad para 3.250 presos, pero en ese momento albergaba cerca de siete mil. De estos, más de dos mil estaban hacinados en el Pabellón Noveno, muchos sin condena firme, simplemente a la espera de juicio.

El director del penal en esa época era José Ismael Pedrosa, un funcionario con una larga trayectoria en el Servicio Penitenciario brasileño. Su historial incluía tanto felicitaciones oficiales como denuncias por represión injustificada y violaciones a los derechos humanos. Fue bajo su mando que se ordenó la operación que desencadenó la mayor masacre en la historia carcelaria de Brasil: 341 policías militares armados con munición letal, acompañados de perros entrenados, ingresaron en la prisión y dispararon contra los presos.

Durante aproximadamente 20 minutos, las fuerzas policiales mataron a 111 reclusos e hirieron a otros 110. De las víctimas, 89 estaban en prisión preventiva y el promedio de edad de los fallecidos se calculó en 22 años. Sin embargo, los testimonios y algunos informes oficiales sugieren que el número real de muertos fue considerablemente mayor.

## Comparación con otros hechos trágicos en América Latina

Para dimensionar la magnitud de esta masacre, cabe compararla con otros incidentes en la región. En Argentina, la Masacre del Pabellón Séptimo de la Cárcel de Devoto, ocurrida el 14 de marzo de 1978, dejó un saldo oficial de 64 prisioneros muertos. La mayoría de ellos perecieron en un incendio que se propagó en el recinto cerrado, sin que ninguna autoridad tomara medidas para auxiliarlos.

## El desencadenante y el desarrollo de la tragedia

Todo comenzó la tarde del viernes 2 de octubre de 1992, cuando un partido de fútbol entre presos derivó en una pelea que rápidamente escaló a un tumulto en el Pabellón Noveno. La situación se tornó violenta, con enfrentamientos a golpes, uso de armas blancas y algunos presos que incendiaron colchones. Aunque las autoridades aseguraron que se trataba de un motín, los testimonios de los sobrevivientes indican que fue una pelea entre presos que se salió de control, sin intención de tomar el control de la cárcel.

A pesar de ello, el director Pedrosa decidió solicitar refuerzos policiales. En lugar de resolver la situación con sus propios recursos, llamó a la Policía Militar (PM) para que reprimiera lo que describieron como un motín. El coronel Ubiratan Guimarães tomó el mando de tres batallones de la PM y también solicitó apoyo adicional del Ejército, lo que contribuyó a que la operación se descontrolara.

## La operación policial y la masacre

Guimarães ordenó inicialmente un cerco alrededor del penal para evitar la entrada de civiles, con la excusa de garantizar la seguridad pública. Sin embargo, esta medida sirvió para impedir que periodistas y jueces pudieran observar lo que ocurría en el interior. A las 15:30 horas, dio la orden de ingreso y 341 policías militares y soldados irrumpieron en el complejo, armados con armas automáticas, ametralladoras y acompañados de perros entrenados.

Los disparos comenzaron de inmediato, y las fuerzas policiales no buscaban controlar un motín, sino perpetrar una masacre con la intención de dar un escarmiento. El testimonio del Dr. Drauzio Varella, uno de los médicos presentes, fue contundente: “Mandás a invadir un pabellón a oscuras, con un colchón encendido en medio de la humareda, a policías que no conocen la cárcel por dentro, con perros y ametralladoras en las manos. ¿Qué creés que va a suceder?”

Varella y otros sobrevivientes coinciden en que no hubo enfrentamiento entre presos y policías, sino ejecuciones sumarias. “Los policías entraron arremetiendo contra todo lo que se movía y también contra lo que no. Si estás preso, con un cuchillo en la mano y aparece un pelotón de policías con armas y perros, lo único que puedes hacer es esconderte o rendirte”, explicó el médico.

## La versión oficial y las consecuencias

Tras la masacre, las autoridades afirmaron que dentro del penal se había producido un enfrentamiento armado entre los presos y la policía. Sin embargo, los datos oficiales contradicen esa versión: los informes registraron 111 muertos y 110 heridos, mientras que ningún policía resultó herido o sufrió daños.

El impacto de la masacre fue profundo y generó una condena internacional, además de cuestionar la actuación de las fuerzas policiales y del sistema penitenciario brasileño. En 2022, 74 policías condenados por la masacre fueron indultados por el expresidente Jair Bolsonaro, en una de las últimas decisiones de su gobierno, el 23 de diciembre de ese año.

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