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San Juan de Unare: De pueblo pesquero a epicentro del narcotráfico tras ataque de EE. UU.

Escrito por radioondapopular
septiembre 5, 2025
San Juan de Unare: De pueblo pesquero a epicentro del narcotráfico tras ataque de EE. UU.

Impacto del ataque estadounidense en San Juan de Unare y su creciente vínculo con el narcotráfico

El 1 de septiembre de 2025, un ataque llevado a cabo por fuerzas de Estados Unidos contra una embarcación en el mar Caribe ha tenido profundas repercusiones en San Juan de Unare, una localidad ubicada en la frontera de Venezuela. Este incidente se produce en un contexto marcado por décadas de pobreza, violencia y presencia activa del crimen organizado en la región. La situación ha agravado la ya complicada realidad social y económica de esta comunidad.

San Juan de Unare, en el estado Sucre, ha sido tradicionalmente un punto de tránsito para actividades ilícitas, principalmente el narcotráfico y, en tiempos recientes, el tráfico de personas. La migración venezolana hacia el Caribe ha convertido a esta zona en una ruta clave para diversas operaciones ilegales, que afectan tanto a la región como a los países vecinos.

Transformación de la costa y auge del crimen organizado

La costa de Sucre, conocida por su actividad pesquera, ha visto un cambio radical en su dinámica económica y social. Según investigaciones de El Estímulo, localidades como Güiria, Puerto Santo y San Juan de Unare han dejado atrás su perfil turístico y productivo para convertirse en centros neurálgicos del tráfico ilegal. La pobreza y la falta de oportunidades laborales han impulsado a muchos pescadores a abandonar sus actividades tradicionales para involucrarse en actividades ilícitas, incluyendo el contrabando de gasolina, migrantes y, principalmente, el narcotráfico.

Recientes episodios de violencia han evidenciado cómo estas comunidades ahora son escenarios dominados por el crimen organizado. La destrucción de una lancha rápida — parte de un convoy de tres embarcaciones que intentaban transportar drogas— refleja la sofisticación y coordinación de las redes criminales que operan en la zona. Estas organizaciones emplean tácticas como enviar flotillas múltiples, con la esperanza de que, aunque alguna sea interceptada, al menos una logre completar su travesía hacia destinos en Trinidad y Tobago u otras islas del Caribe.

Presencia del crimen y las operaciones marítimas ilegales

Según la periodista Ronna Rísquez, autora de una investigación sobre el Tren de Aragua, la región está «tomada por el narcotráfico», y su presencia es evidente en la cotidianidad de la población. La piratería marítima en el oriente venezolano, especialmente en la franja marítima entre Venezuela y Trinidad y Tobago, ha aumentado en los últimos años, facilitando el tránsito de cocaína y marihuana hacia el Caribe, como documentó Insight Crime en 2019.

Un ejemplo de la violencia que azota la zona se registró en 2018, en San Juan de las Galdonas, donde se reportó un enfrentamiento entre bandas armadas con un saldo de al menos 78 muertos, aunque las autoridades venezolanas negaron estos datos. La cercanía de playas como La Uva, El Cocal, Guatapanare y Playa Negra, que normalmente atraen turistas por su belleza natural, contrasta con la presencia de estos conflictos.

El Cocal, en particular, destaca por su belleza natural, con aguas claras y oleaje moderado, donde un riachuelo del río Yarao desemboca en el mar, creando un paisaje único. Sin embargo, esta área paradisíaca también ha sido utilizada por las organizaciones criminales para esconder sus operaciones.

Respuesta internacional y posibles medidas futuras

El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del expresidente Donald Trump, ha iniciado operaciones militares para frenar estas actividades ilícitas. La intervención busca desmantelar las redes de tráfico y recuperar el control de las zonas afectadas, que han sido tomadas por grupos criminales que operan con impunidad en áreas cercanas a las comunidades locales.

La situación en San Juan de Unare refleja un fenómeno regional que combina pobreza, violencia y un crecimiento alarmante del narcotráfico. La comunidad enfrenta un escenario donde las actividades ilegales parecen haber desplazado las raíces tradicionales de su economía y cultura, generando una crisis social que requiere atención tanto local como internacional.

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