Santos Bravos: La boyband latina con influencia del K-pop debuta oficialmente

Una formación internacional con alto nivel de entrenamiento

La creación de una boyband latina con estándares similares a los del K-pop ya es una realidad. Santos Bravos, integrada por Alejandro (Perú), Drew (Estados Unidos/México), Kauê (Brasil), Gabi (Puerto Rico) y Kenneth (México), nació tras un proceso de entrenamiento intenso que fue documentado en la docuserie homónima, producida por HYBE Latin America. Esta división regional de la reconocida agencia surcoreana, responsable de grupos como BTS, TXT y KATSEYE, busca consolidar una propuesta innovadora en la música latina.

Primera entrevista tras su debut con el sencillo “0%”

Infobae conversó con sus integrantes en una videollamada, poco después de su debut oficial con el sencillo “0%”. Los jóvenes artistas viven una agenda agitada tras su gran noche del 21 de octubre, marcada por sentimientos encontrados: ansiedad, nerviosismo y despedidas, pero también una profunda satisfacción por el esfuerzo de seis meses que culminó en un espectáculo memorable.

El proceso de formación y los desafíos iniciales

“Sabíamos que sería una etapa intensa”, recuerda Alejandro Aramburú, integrante peruano del grupo, sobre los primeros pasos en el proyecto. Relata que tenían referencias de lo que enfrentaban, como las exigencias de los entrenadores y las evaluaciones continuas, similares a las que vivieron en la reality Dream Academy, que llevó a la girlband KATSEYE a debutar en Estados Unidos.

“Lo que nos sorprendió a todos fue la increíble conexión que logramos entre los chicos. Aprendimos mucho unos de otros. Fue duro y exigente, pero nos fortaleció mucho”, explica. “Al final, logramos presentar un show completo en el Auditorio Nacional”, añade orgulloso.

El entrenamiento riguroso y el estilo del K-pop en América Latina

HYBE estableció para ellos un centro de entrenamiento en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México, donde recibieron clases de baile, canto, interpretación y media training. Profesionales vinculados a figuras como Rihanna, Justin Timberlake, BTS, Maluma y Daddy Yankee los guiaron en su preparación.

Este formato replicó el sistema de formación del K-pop, pero en un período mucho más acelerado de seis meses, en contraste con los años de preparación que suelen vivir los trainees en Corea del Sur.

Retos culturales y físicos enfrentados por los integrantes

Este ritmo acelerado presentó desafíos particulares, especialmente para quienes enfrentaban cambios culturales o físicos significativos. Drew, nacido en Estados Unidos en un hogar hispano, contó que al principio le costó mucho aprender español, tanto para hablarlo como para cantar en ese idioma.

“Obviamente, tener que aprender un nuevo idioma, además de cantarlo y entender la intención y la emoción detrás de las letras, fue un reto”, comenta el joven de 25 años. Aunque su fuerte es el baile, tuvo que salir de su zona de confort y adaptarse a nuevas exigencias.

“Cada uno aporta algo muy único y diferente… aprendemos algo nuevo cada día unos de otros”, añade.

Adaptación física y emocional en la Ciudad de México

Gabi, por su parte, enfrentó el reto de adaptarse a la altura de la Ciudad de México. “Me dolía mucho la cabeza cuando corríamos y cantábamos al mismo tiempo”, relata el puertorriqueño sobre las exigencias físicas del entrenamiento.

Recuerda que en una ocasión, durante una rutina de saltar la cuerda por 10 minutos, pensó que no podría continuar. “Me consideraba una persona en forma, pero cuando salté la cuerda, pensé que todo mi entrenamiento previo no servía. Le dije al coach que me dolía la cabeza y que no creía poder seguir, pero luego quise seguir”, cuenta entre risas.

Este episodio fue un golpe de realidad que, en lugar de desanimarlo, le sirvió para entender la importancia de la disciplina y la constancia. “Ahí me di cuenta de que aquí aprenderé lo que significa disciplina y perseverancia”, concluye Gabi.