Sunedu revela graves deficiencias en la Universidad Nacional Agraria La Molina

La Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), una de las instituciones públicas más emblemáticas del Perú, reconocida por su excelencia en ciencias, ingeniería ambiental y gestión de recursos naturales, atraviesa actualmente una profunda crisis. Según un nuevo informe de supervisión de Sunedu, la universidad presenta un patrón sostenido de abandono que afecta a más de 10,000 estudiantes.

Este documento, que llevó a la autoridad reguladora a ordenar medidas provisionales, no solo detalla incumplimientos técnicos, sino que también denuncia una infraestructura colapsada, laboratorios inseguros, mantenimiento fragmentado y prioridades cuestionables. Lo que resulta aún más alarmante es que muchas de estas alertas son conocidas por la propia institución desde hace años. La República tuvo acceso al informe completo y dialogó con estudiantes que vienen denunciando estas falencias sin ser atendidos.

La UNALM no garantiza el suministro de agua

Uno de los hallazgos más preocupantes es la incapacidad de la universidad para garantizar el acceso al agua en sus instalaciones. Sunedu encontró que muchos baños permanecen cerrados por falta de abastecimiento, zonas deportivas con servicios higiénicos clausurados, pabellones con presión insuficiente y ambientes donde los estudiantes deben «echar agua con balde» para poder usar un inodoro.

Este problema, que no es nuevo, tiene un carácter estructural. La red interna de agua está en deterioro, con tuberías antiguas y sin una renovación integral, a pesar de los múltiples reportes realizados. La universidad utiliza agua de pozo, que requiere ser bombeada y almacenada, lo que limita su disponibilidad durante el día.

Fuentes internas informaron a este medio que la concesionaria encargada del comedor paga por su propio suministro de agua potable para cocinar, y que en muchas ocasiones les solicitan agua cuando se agota la del pozo.

Una estudiante comentó: «La situación a veces es insostenible, pero lamentablemente muchos ya estamos acostumbrados: nos cortan el agua, a veces no hay suficiente para bajar la palanca. Al inicio del ciclo, había papel, pero ahora ya no tanto.»

Además, los servicios higiénicos no están disponibles en todo horario. «Después de las 6 o 7 p.m., los baños cierran. Muy temprano. Si te quedas estudiando en la biblioteca hasta las 10 p.m., debes aguantar o buscar un baño en otra parte de la universidad», manifestó otra estudiante.

Laboratorios en condiciones precarias y riesgos sin control

En la Agraria, la situación en los laboratorios también es alarmante. El informe de Sunedu describe protocolos genéricos, la inexistencia de análisis de riesgos detallados, mapas de evacuación desactualizados, rutas bloqueadas por equipos en desuso y botiquines con insumos vencidos, como alcohol yodado y pastillas.

Asimismo, se detectaron residuos químicos y biológicos almacenados en recipientes improvisados, sin rotulados, sin trazabilidad y sin un sistema adecuado de segregación. Estas fallas en el manejo de sustancias peligrosas podrían desencadenar incidentes graves.

El estado de los equipos también es preocupante. Solo el 55% cuenta con mantenimiento actualizado. La mayoría está inoperativa, desactualizada, reparada con parches o almacenada «a la espera de presupuesto». Se observan instrumentos con cables forrados en cinta aislante, máquinas sin software y equipos de precisión con piezas faltantes. Muchos laboratorios funcionan parcialmente o dependen de préstamos entre facultades.

Un estudiante expresó: «Nos afectamos todos los días porque los laboratorios no son adecuados para el estudio».

Conclusiones y llamados de atención

La situación en la Universidad Nacional Agraria La Molina revela una problemática estructural que requiere acciones inmediatas. La falta de mantenimiento, la inseguridad en laboratorios y la precariedad en servicios básicos como el agua representan riesgos para la comunidad estudiantil y el personal.

Las alertas de Sunedu evidencian que la institución necesita implementar un plan integral de renovación y supervisión para garantizar condiciones dignas y seguras para todos sus miembros.