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Teniente Coronel Shlomo Nachma, de 73 años y sin distinguir colores, enfrenta la guerra más radical y sorpresiva en la

Escrito por radioondapopular
octubre 5, 2025
Teniente Coronel Shlomo Nachma, de 73 años y sin distinguir colores, enfrenta la guerra más radical y sorpresiva en la

El compromiso de un veterano de guerra en la actualidad

A sus 73 años, el teniente coronel Shlomo Nachma continúa sirviendo en el ejército israelí en calidad de reservista. Desde su hogar en Beerseba, relata en una videollamada con Infobae que, aunque ha perdido la visión de colores, todavía distingue el verde del uniforme. Tras más de cinco décadas desde su primera experiencia en combate durante la Guerra de Yom Kippur, su sentido del deber lo ha llevado de nuevo a la línea del frente. Sin embargo, en esta ocasión, la naturaleza del conflicto ha cambiado radicalmente.

Recuerdos de Yom Kippur y la actual guerra

“Somos la generación de Yom Kippur. Dijimos que nunca volvería a suceder y que no lo permitiríamos”, rememora Nachma, evocando el 6 de octubre de 1973, cuando Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa contra Israel en un día sagrado para los judíos. La guerra, que duró 19 días, fue un conflicto convencional con frentes claramente definidos. Ahora, casi medio siglo después, la situación es muy distinta: Israel enfrenta una guerra de desgaste contra un enemigo que se infiltra en la población civil.

“Es una diferencia enorme. Cuando combates contra estados o ejércitos, sabes con quién puedes dialogar y, eventualmente, alcanzar un alto el fuego”, explica Nachma, quien además trabaja en una agencia de seguros. “Con los terroristas, no tienes idea con quién estás enfrentando”. La imprevisibilidad y la clandestinidad hacen que la situación sea mucho más compleja y peligrosa.

El impacto emocional y físico en los soldados

Las primeras semanas del conflicto actual dejaron una marca profunda en Nachma. Fue asignado a la base de Shura, donde se recopilaron e identificaron los cuerpos de las víctimas en la masacre de la fiesta Nova, perpetrada por Hamas, que dejó cientos de jóvenes israelíes asesinados. “Fue algo terrible. He visto muertos en guerra, pero esa escena fue diferente”, confiesa. “Es algo con lo que no puedes hacer nada”.

Hasta la fecha, lleva casi 720 días en servicio activo, una cifra que contrasta con los 19 días de la Guerra de Yom Kippur. La prolongada guerra de desgaste tiene un alto costo psicológico: según el ministro de Defensa israelí, cerca del 50% de los soldados heridos presentan síntomas de estrés postraumático, un trastorno que en 1973 no era bien conocido.

Transformaciones en la guerra y en la vida personal

“En 1973, no conocíamos mucho sobre el trauma”, admite Nachma. “Ahora, sabemos más y tratamos estos problemas”. La guerra ha cambiado en todos los aspectos, desde la tecnología hasta las consecuencias emocionales. A sus 73 años, su perspectiva también ha evolucionado. En 1973, era un joven soltero que disfrutaba de la vida; hoy, con una hija y dos nietos, cada día en el frente tiene un peso diferente. Durante casi dos años, no ha podido celebrar ninguna festividad judía, y la carga emocional se ha intensificado.

Las imágenes de víctimas y los recuerdos de la masacre en la fiesta Nova permanecen grabados en su memoria. “Hemos visto muchas escenas desgarradoras. Nos afectan profundamente”, afirma. La prolongación del conflicto ha generado un impacto emocional duradero en quienes están en primera línea, y refleja una realidad que ha cambiado para siempre la historia militar y personal de quienes luchan por su país.

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