Terremoto de 4.8 grados sacude Lima el 26 de diciembre

Un movimiento telúrico de magnitud 4,8 fue registrado en la noche de este viernes en el norte del departamento de Lima, Perú. El sismo fue percibido por la población en varias localidades, generando una alerta momentánea, especialmente en zonas cercanas al epicentro.

Según informó el Centro Sismológico Nacional (CENSIS) del Instituto Geofísico del Perú (IGP), el evento ocurrió a las 19:35:15 hora local. La precisión en el reporte permitió detallar las características principales del movimiento sísmico.

Ubicación y características del sismo

El epicentro se situó en el mar, a 52 kilómetros al suroeste de Supe Puerto, en la provincia de Barranca. Esta ubicación explica que el sismo haya sido principalmente sentido en las zonas del litoral norte de Lima.

El IGP también indicó que el sismo tuvo una profundidad de 29 kilómetros, clasificándose como un sismo superficial. Este tipo de eventos suelen ser más perceptibles en áreas cercanas al epicentro. En Supe Puerto, la intensidad alcanzó el grado III, lo que significa que varias personas en interiores de edificaciones sintieron el movimiento.

Impacto y recomendaciones

Hasta el momento, no se han reportado daños materiales ni víctimas como consecuencia del sismo. Las autoridades de Defensa Civil recomendaron mantener la calma y contar con una mochila de emergencia, como medidas básicas de prevención ante eventos sísmicos.

Asimismo, recordaron que Perú se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona caracterizada por su alta actividad sísmica. Por ello, es fundamental estar preparados para posibles movimientos telúricos futuros.

Contexto geológico de Perú y actividad sísmica

Perú se encuentra entre los países con mayor frecuencia de movimientos sísmicos en el mundo, debido a su ubicación en una zona de intensa actividad geológica. A lo largo del borde occidental de Sudamérica, la placa tectónica de Nazca, de naturaleza oceánica, se desliza constantemente bajo la placa Sudamericana, de carácter continental.

Este proceso, conocido como subducción, implica un choque lento pero persistente de enormes bloques de roca que se desplazan a varios centímetros por año. La fricción y la tensión acumulada en estas placas generan los sismos que experimentamos. La dinámica de subducción es la principal causa de los frecuentes movimientos telúricos en Perú, especialmente en su costa, donde se liberan grandes cantidades de energía.

Además de la subducción, la deformación interna de la corteza y la presencia de fallas geológicas activas en el interior del país contribuyen a la actividad sísmica en regiones alejadas de la costa, como Cusco, Apurímac o San Martín. En estos lugares, los bloques de roca fracturados por la tensión acumulada se mueven en fallas locales, provocando temblores de menor profundidad pero con impactos significativos en superficie. Estas fallas son resultado de millones de años de presión tectónica que han formado la Cordillera de los Andes y que aún se ajustan, manteniendo la actividad sísmica en todo el territorio peruano.

El papel del Cinturón de Fuego del Pacífico

La ubicación de Perú en el Cinturón de Fuego del Pacífico —una extensa franja que rodea el Océano Pacífico— explica en gran parte la recurrencia de los sismos en el país. Este “anillo” sísmico concentra aproximadamente el 90 % de los terremotos mundiales, debido a los límites entre placas tectónicas que se hunden unas bajo otras o se deslizan lateralmente. La tensión generada en estas zonas se descarga en forma de sismos.

Países como Chile, Japón, México y Perú experimentan movimientos sísmicos con mayor frecuencia, debido a su proximidad a estos límites de placas. La actividad constante en esta región hace imprescindible que las comunidades estén preparadas para afrontar posibles emergencias relacionadas con terremotos.