Trump advierte que EE. UU. enfrenta un inminente cierre federal que dejará miles sin sueldo y paralizará servicios vitales

Estados Unidos al borde de un cierre gubernamental por desacuerdos políticos

El gobierno de Estados Unidos se encuentra en una situación crítica ante la inminente posibilidad de un cierre administrativo. La causa principal es el estancamiento en las negociaciones presupuestarias entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata. El presidente Donald Trump advirtió el martes que «probablemente habrá un cierre», lo que podría afectar a cientos de miles de empleados públicos y paralizar la mayoría de los servicios federales.

La falta de acuerdo antes de la medianoche del martes podría desencadenar el decimoquinto cierre del gobierno desde 1981, con consecuencias económicas y sociales de gran alcance. La incertidumbre crece a pocas horas del vencimiento del plazo, en medio de un escenario donde las negociaciones parecen estancadas y sin un acuerdo claro a la vista.

El papel de las negociaciones y las implicaciones del cierre

En una rueda de prensa en la Oficina Oval, Trump señaló que la responsabilidad del cierre recaería en los demócratas si no aprueban un presupuesto, incluso si es temporal, antes del límite establecido. «Ellos lo cerrarán, no nosotros», afirmó, destacando que el actual período de crecimiento económico de EE.UU. es uno de los mejores registrados. Además, advirtió que un cierre podría conducir a medidas «irreversibles», como despidos masivos o recortes en programas que benefician a los demócratas. Trump también afirmó que los líderes demócratas están asumiendo un «riesgo» en esta confrontación con la Casa Blanca.

El estancamiento en el Congreso y las posibles repercusiones

En el Senado, la aprobación del paquete de gastos requiere siete votos adicionales a los de la bancada republicana, lo que obliga a buscar apoyo bipartidista. Sin ese respaldo, las negociaciones se complican aún más, generando una enorme incertidumbre a pocas horas del plazo límite. La imposibilidad de llegar a un acuerdo puede afectar a numerosos organismos federales y programas sociales que dependen de la financiación gubernamental.

Entre las áreas más impactadas se encuentran los servicios de seguridad, salud y administración pública. El Departamento de Seguridad Nacional continuará operando en funciones esenciales, pero con recortes y licencias temporales sin sueldo para aproximadamente 14.000 empleados, de un total de 271.000. Actividades relacionadas con la protección fronteriza, inmigración, transporte y emergencias se mantendrán activas, aunque con limitaciones.

Impacto en salud, aviación y servicios esenciales

En el sector sanitario, programas como Medicare y Medicaid seguirán realizando pagos a beneficiarios y proveedores, aunque podrían experimentar retrasos administrativos. El programa CHIP, que cubre atención infantil en Estados Unidos, continuará depositando fondos a los estados que cumplan con los requisitos establecidos. Sin embargo, otras áreas críticas, como el control aéreo, enfrentan mayores desafíos. Aunque los controladores certificados seguirán en sus puestos, podrían dejar de recibir sus salarios si la situación persiste.

La escuela de controladores aéreos en Oklahoma City cerrará temporalmente, agravando la escasez de profesionales en el sector. Líderes de asociaciones de controladores y pilotos han expresado su preocupación por la seguridad y estabilidad del sistema aéreo, advirtiendo que un cierre prolongado podría poner en riesgo la seguridad de la aviación, considerada una de las más seguras del mundo.

Este escenario de incertidumbre refleja las profundas divisiones políticas en Washington, que continúan poniendo en jaque la operatividad del gobierno y el bienestar de millones de estadounidenses. La próxima jornada será determinante para definir si se logra evitar un cierre total o si Estados Unidos enfrentará las consecuencias de un gobierno parcialmente paralizado.