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Violencia en Siria: el olor a muerte persiste tras masacre sectaria en Sweida

Escrito por radioondapopular
julio 26, 2025
Violencia en Siria: el olor a muerte persiste tras masacre sectaria en Sweida

Después de semanas de violencia, las calles de Sweida, en el sur de Siria, aún mantienen el olor a cuerpos en descomposición. La ciudad, mayoritariamente drusa, quedó marcada por enfrentamientos sectarios que dejaron un panorama de destrucción y tristeza. Edificios calcinados, autos quemados y calles vacías reflejan la magnitud del conflicto que estalló hace dos semanas, en medio de tensiones entre clanes beduinos armados y la minoría religiosa drusa.

Los enfrentamientos comenzaron como represalias por secuestros entre los grupos en pugna y rápidamente se intensificaron, dejando cientos de muertos y poniendo en riesgo la aún frágil estabilidad del país. La intervención del gobierno sirio, en teoría para contener la violencia, en realidad se alineó con algunos de los clanes combatientes, según testimonios y reportes. Incluso, se han reportado incidentes en los que combatientes del Estado habrían robado y ejecutado civiles drusos, agravando aún más la crisis.

El acceso de periodistas internacionales a Sweida fue posible solo el viernes, después de que se decretara una tregua. Los reporteros de la Agencia Associated Press lograron ingresar a la ciudad por primera vez desde que comenzaron los enfrentamientos el 13 de julio. La población, aún en medio del caos, busca ahora reconstruir sus vidas, aunque la desconfianza y el dolor siguen presentes.

En el Hospital Nacional, los trabajadores limpian los restos de los cuerpos, pero el olor a muerte persiste. Entre los heridos, destaca el caso de Safi Dargham, un estudiante de ingeniería de 19 años, quien recibió disparos mientras ayudaba como voluntario. Su madre, Manal Harb, denuncia que su hijo podría perder un brazo si no recibe atención urgente. Su esposo, Khaled Dargham, fue asesinado por hombres armados en su propia casa, en un acto que refleja la brutalidad del conflicto.

Las historias de sufrimiento también involucran a la comunidad cristiana, que ha enfrentado ataques en sus hogares y desplazamientos forzados. Walaa al-Shammas, una madre cristiana, relata cómo un cohete destruyó su vivienda y cómo hombres armados llegaron a su domicilio poco después, sin encontrarla, pues la familia se ocultó en un pasillo.

El desplazamiento masivo ha sido otra consecuencia de la violencia. Cientos de residentes, incluidos drusos, beduinos y cristianos, han evacuado la ciudad en convoyes organizados por la Media Luna Roja Siria o por sus propios medios. La situación humanitaria sigue siendo delicada, con informes que indican que más de 130,000 personas han sido desplazadas.

Las autoridades sirias, incluyendo al presidente interino Ahmad al-Sharaa, prometen justicia para las víctimas y responsabilizar a quienes atacaron civiles. Sin embargo, la desconfianza en el gobierno persiste entre los habitantes de Sweida, quienes exigen seguridad y respeto por sus derechos. La comunidad drusa, que en su mayoría apoyó la caída del ex dictador Bashar al-Assad, ahora se encuentra atrapada en medio de una compleja lucha de poder y sectarismo.

Personas como Talal Jaramany, dueño de un complejo turístico druso, defienden la posesión de armas como un medio legítimo para protegerse. Jaramany afirma que no entregarán sus armas, considerándolas sagradas, y que solo dejarán de usarlas cuando el Estado garantice seguridad y derechos humanos plenos.

Mientras tanto, las historias de pérdida y resistencia se multiplican. La funcionaria Micheline Jaber, que casi muere en un ataque, expresa su incredulidad ante la violencia y su esperanza en que su hija, que se salvó del conflicto, sea su motivo para seguir adelante. La comunidad de Sweida, profundamente herida, continúa enfrentando un futuro incierto, en medio de la desconfianza, la violencia y el deseo de paz.

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