Jerusalén.- En el corazón del conflicto que azota la Franja de Gaza, una tragedia particularmente desgarradora capturó la atención del mundo.
La pequeña Sabreen al-Sakani, una bebé gazatí, se convirtió en un símbolo de la brutalidad y las pérdidas humanas que enfrentan los civiles en esta región.
Rescatada por cesárea del vientre de su madre fallecida tras un ataque aéreo israelí, la lucha de Sabreen por la vida duró apenas cinco días.
La historia de Sabreen comenzó con tragedia. Su madre, quien estaba embarazada de siete meses y medio, su padre Shukri Ahmed Jouda, y su hermana Malak de tres años, perecieron bajo las ruinas de su hogar en Rafah, después de que su edificio residencial fue bombardeado.
La operación quirúrgica de emergencia que permitió el nacimiento de Sabreen en un hospital local fue un destello de esperanza entre el caos; sin embargo, ese resquicio se cerró rápidamente.
A pesar de los esfuerzos heroicos del personal médico, que incluyeron la resucitación manual, Sabreen no logró sobrevivir más allá de los críticos primeros días de su vida.
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Víctimas infantiles de la guerra en Gaza
La muerte de Sabreen no es un incidente aislado, sino parte de una alarmante estadística de víctimas infantiles en la guerra en Gaza.
Según datos del Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás, la cifra de niños muertos asciende a más de 14 mil desde el inicio del conflicto hace seis meses.
La continua violencia ha devastado no solo infraestructuras y hogares, sino también ha cobrado la vida de innumerables inocentes.
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