Estados Unidos.- Donald Trump, enfrentando un juicio en Nueva York, ha realizado su primer mitin de campaña desde el comienzo del proceso, eligiendo Carolina del Norte como escenario.
Este estado, crucial en el panorama político, se ha convertido en el foco de atención mientras Trump se dirige a su base en Wilmington. A pesar de los desafíos legales, sus seguidores, ya congregados bajo el calor intenso, muestran un apoyo ferviente.
Este acto de campaña tiene lugar en un contexto donde Trump es acusado por pagos no revelados a Stormy Daniels, buscando su silencio sobre supuestos encuentros antes de las elecciones de 2016.
Trump ha calificado repetidamente el juicio como una “cacería de brujas”, argumentando que estas acciones legales son intentos de limitar su capacidad política, obstaculizando su presencia en otros estados clave como Pensilvania y Florida.
Las reacciones de sus seguidores en Wilmington resaltan la polarización en torno a su figura. Stephen Prater y Grace Miller, por ejemplo, ven el juicio como un esfuerzo de la izquierda para impedir que Trump regrese al poder.
En el fondo, este evento no solo es un mitin de campaña, sino una manifestación de la división política y el fervor de sus partidarios.
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Donald Trump critica al juez y teme futuras persecuciones políticas
La crítica de Trump no se limita al juicio, sino que también incluye ataques al juez encargado del caso, a quien ha denunciado en su plataforma Truth Social, sugiriendo que el proceso es parte de una “injerencia electoral” sin precedentes.
Además, Trump ha expresado preocupaciones sobre las implicaciones a largo plazo de no otorgar inmunidad a los expresidentes, argumentando que podría llevar a futuras persecuciones políticas.
Este mitin en Carolina del Norte, por lo tanto, no es sólo un evento de campaña. Es una clara demostración de cómo Trump y sus seguidores están enfrentando sus actuales desafíos legales y políticos, buscando mantener su influencia y dirigir la narrativa hacia las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
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